Corren malos tiempos para los alérgicos, ya que a la floración de los árboles y el polen de cierto tipo de pasto este año se sumó un ingrediente: las cenizas volcánicas. En consecuencia, miles de mendocinos sufren por estos días rinitis o conjuntivis alérgicas, o ambas cosas a la vez, aumentando 30% las consultas por estos cuadros. Así lo confirma un estudio realizado por el Centro de Investigaciones de Enfermedades Alérgicas y Respiratorias (Cidear)
Ojos rojos, congestión nasal, pruritos en la nariz, noches sin dormir y por lo tanto mucho mal humor son los signos visibles entre los afectados. Pero vale la pena diferenciar aquellos casos circunstanciales de los síntomas exacerbados entre los alérgicos crónicos.
Jorge Máspero, director del Cidear y especialista en alergia e inmunología, explicó que las enfermedades alérgicas son “aquellas en las cuales se producen reacciones inmunológicas inadecuadas que ocasionan síntomas. Si esos síntomas son respiratorios y toman la vía aérea superior, se llaman rinitis alérgica. La persona estornuda, tiene moco, le pican la nariz y los ojos, se congestiona. La alergia es una afección causada por mecanismos de hipersensibilidad. Esta última es una reacción exagerada, fuera de lugar, que se produce cuando el organismo se encuentra con estímulos o agentes que por otra parte son inocuos como, por ejemplo el polen. Las reacciones se manifiestan clínicamente de forma variada y diferente, no sólo de persona a persona sino también en las distintas etapas de la vida de una misma persona.
Su colega Marta Lampert agrega que “hay personas que tienen reacciones inflamatorias a cosas inespecíficas, las cuales pueden ser circunstanciales o no. Lamentablemente los pacientes tardan en hacer la consulta médica y conviven con la rinitis, resignando su calidad de vida”.
Siguiendo con el razonamiento, la doctora pidió prestar especial atención a los niños, ya que las rinitis reiteradas atentan contra el normal desenvolvimiento de un chico. En la escuela puede tener dificultades de rendimiento, mala conducta, alteraciones auditivas porque el moco se junta en el oído medio, malas posturas de la columna y deformaciones odontológicas.
Sobre este último aspecto, precisó que el maxilar se desarrolla de forma anormal, por tener la mordida abierta de los dientes, impulsada por la congestión.
El control de la rinitis alérgica en los casos persistentes impone hacer un diagnóstico etiológico, realizar los test cutáneos para identificar el alérgeno al cual está sensibilizado el paciente e indicar tratamientos farmacológicos y no farmacológicos.
“Si la rinitis alérgica es severa se puede tratar con algunos antihistamínicos de última generación o esteroides intranasales que han demostrado que en dosis mínimas necesarias son seguros, pero en muchos casos el tratamiento con inmunoterapia específica es el único que logra controlar una rinitis alérgica severa”, dijo Máspero.
Fuente: http://www.diariouno.com.ar