Lanatta dijo que es «inocente» y negó los negocios con la efedrina

Martín Lanatta, el único detenido por el triple crimen de General Rodríguez ocurrido en 2008, afirmó que es «inocente» y que nunca tuvo que ver con el negocio de la efedrina, uno de los posibles móviles de los homicidios.

El imputado habló por primera vez desde que fue preso por los asesinatos de los empresarios Sebastián Forza (34), Leopoldo Bina (35) y Damián Ferrón (37), hecho que será ventilado por el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Mercedes en 2012.

«Soy inocente, lo sabe todo el mundo. Dio negativa la pericia sobre una mancha hemática que encontraron en la casa de mi hermano, y no era sangre de ninguna de las tres víctimas», aseguró Lanatta al programa de radio «Inocentes y Culpables».

Lanatta admitió que conocía a Forza porque lo ayudó a gestionar una portación de arma ante el Registro Nacional de Armas (RENAR) y también porque le vendía relojes caros, pero se desvinculó totalmente de los crímenes y dijo que cuando apareció muerto le dio «mucha pena».

El detenido negó haber tenido vínculos con la compra o venta de efedrina. «No tuve nada que ver con eso, pero si me hubiesen propuesto el negocio, lo hubiese pensado», señaló.

«Yo siempre trabajé, no tengo antecedentes penales. Estoy preso desde hace dos años. Cuando uno no tiene nada que ver, que esconder, no hay motivos para estar nervioso», afirmó, consultado sobre la «traquilidad» con la que hablaba del caso.

El año próximo, junto con Martín Lanatta, serán sometidos a debate su hermano Christian Daniel Lanatta (36) y los hermanos Marcelo Javier Schillaci (30) y Víctor Gabriel Schillaci (29), los tres últimos actualmente en libertad por «falta de mérito» Para el fiscal Juan Bidone, tras una distribución de roles y tareas, los cuatro privaron ilegalmente de la libertad y luego mataron a Ferrón, Bina y Forza.

El plan habría tenido comienzo de ejecución el 7 de agosto de 2008, cuando uno de los imputados citó a las víctimas «a una supuesta reunión, vinculada presumiblemente con la venta ilegal de efedrina», la cual se realizó en el supermercado Wall Mart de la localidad bonaerense de Sarandí.

Para ello, utilizaron una línea telefónica adquirida en forma irregular, bajo una titularidad ficticia a fin de que sus usuarios no pudieran ser vinculados a la misma.

Luego, lograron trasladar a las tres personas a un domicilio de la localidad bonaerense de Quilmes, donde vivía Cristian Lanatta, «con el fin último de ejecutarlas cruelmente en las horas venideras, en circunstancias de tiempo, modo y lugar que aún no fue posible determinar con certeza», dijo el juez Marcelo Romero cuando elevó el caso a juicio oral.

En su requerimientos, Bidone había sostenido que el móvil de la masacre fue triple: Los negocios que realizaba una de las víctimas en mesas de dinero, la compra y venta de medicamentos truchos, y el tráfico ilegal de efedrina junto a narcos mexicanos.

Los cuerpos de los empresarios acribillados a balazos y con signos de haber estado maniatados por la espalda con precintos, fueron hallados el 13 de agosto de 2008 en un zanjón del partido bonaerense de General Rodríguez.

Los pesquisas sospechan que las tres víctimas fueron asesinadas a balazos y, luego, sus cuerpos fueron guardados en algún freezer hasta ser arrojados.

Fuente: Tèlam