Los bolivianos le quitaron el respaldo a Morales

LA PAZ, Bolivia (Enviado especial).- Siempre hay una primera vez. Evo Morales, luego de casi seis años de victorias electorales (y cinco en la Presidencia de Bolivia), se enfrentó con la derrota en los comicios de magistrados supremos del domingo.

Es cierto que su nombre no estaba en la boleta única, pero fue el real jefe de campaña del proyecto de voto popular de jueces que no tuvo caras visibles sino serios problemas de difusión de los candidatos.

Se veía venir este resultado negativo con sólo conversar brevemente con cualquier persona en la calle, con la desazón de tener que ir obligatoriamente a votar sin saber por quién. En reacción, el voto en blanco y el nulo superaron sumados el positivo emitido finalmente a favor de alguno de los 115 candidatos que hubo.

La participación en las urnas fue previsiblemente alta (superior al 85% de los 5,2 millones de habilitados, aunque no hay datos oficiales todavía) ante la amenaza de fuertes multas y de grandes dificultades en tràmites bancarios si no se presentaba el correspondiente certificado de sufragio.

Según la encuestadora Ipsos, en un relevamiento a boca de urna conocido en la madrugada de hoy, el voto positivo estuvo alrededor del 40 % (los porcentajes difieren levemente según cuál de los cuatro tribunales se trata), mientras que el anulado está en el orden del 43 % y el blanco, en el 17 %.

Con este bajo porcentaje de aceptación, los magistrados que asuman en 2012 por seis años (no son reelegibles), carecen del respaldo popular que buscó Morales al proponer la elección directa de los jueces supremos.

Anoche, el Presidente miró para otro lado. En un breve discurso en el lujoso salón de los Espejos del primer piso de la Casa de Gobierno, donde LA GACETA fue el único medio argentino presente, Morales destacó el espíritu democrático dle pueblo boliviano, que (para él) se demuestra en la participación en las urnas, sea en el sentido que sea: «algunos intentaron boicotear esta elección, pero fracasaron; estoy muy contento con un pueblo democrático que ahora empieza a implementar su Constitución y empieza una revolución en la Justicia». LA GACETA ©