ROMA — El jefe de gobierno italiano, Silvio Berlusconi, se aferra al poder tras haber obtenido este viernes la confianza de la Cámara de Diputados, pero su supervivencia se complica a diario por las divisiones internas de la mayoría, los escándalos y la crisis financiera
Berlusconi, que ha superado más de 50 mociones de confianza en tres años y medio de gobierno, logró 316 votos a favor contra 301 en contra, logrando evitar de esa forma elecciones anticipadas.
El voto de confianza fue decidido tras haber perdido la mayoría el martes durante la votación de las cuentas del Estado.
La votación se llevó a cabo en un clima tenso y de incertidumbre debido a la ausencia de unos 50 parlamentarios en misión en el exterior y por la decisión de la oposición, que no acató la primera llamada para votar.
Las diversas corrientes internas de la coalición gubernamental conservadora garantizaron su voto a Berlusconi, por lo que superó la moción de confianza con una decena de votos más con respecto a la última moción votada en diciembre.
Berlusconi había comparecido el jueves ante el parlamento para defender su gobierno, convencido de que «no hay otra alternativa» para enfrentar con éxito la grave crisis económica y financiera que acosa a Italia.
El jefe de gobierno italiano, 75 años, rechazó cualquier propuesta de elecciones anticipadas así como un eventual remplazo por una personalidad «técnica» apoyada por todos los sectores políticos para enfrentar la grave crisis económica, como proponen varios ex democratacristianos.
El líder conservador insistió en decir que es el único que puede resolver los problemas del país, acosado por los ataques financieros debido a la inmensa deuda pública (120% del PIB) y acusó a la oposición de izquierda de haberle «tendido una trampa» inútil.
Berlusconi, con una popularidad que cae en picado desde el inicio del año (24%), salpicado por múltiples escándalos sexuales y judiciales, es acusado por la oposición de ser el responsable de la parálisis económica y social que atraviesa a Italia.
Mientras en el parlamento se llevaba a cabo la votación, en la calle continuaban las protestas de los «indignados» italianos, que se reunieron en Roma frente a la sede legislativa al grito de «vergüenza, vergüenza».
Cuando trascendió el resultado favorable a Berlusconi, los manifestantes lanzaron huevos contra el edificio.
La llamada «agonía interminable» de Berlusconi, quien ha sobrevivido a la apertura de un juicio por prostitución de menor durante sus festines privados conocidos con el mote de «bunga-bunga», divide al país y empieza a minar el apoyo de sus aliados y de su base electoral.
«La sensación que se tiene es que el gobierno flota y espera sólo a que llegue el fin de este año», escribió Massimo Franco, editorialista del Corriere della Sera.
Para Stefano Folli, del diario Il Sole 24 Ore, Berlusconi se jugó su «última carta», mientras otros comentaristas estiman que apuesta a convocar elecciones anticipadas en 2012, cuando haya logrado aprobar una ley que declare prescrito el delito de soborno por el que está siendo juzgado en estos momentos.
Cuando no tenga más el poder de bloquear sus líos judiciales es posible que se deba enfrentar a un elevado número de procesos, algo que teme desde que se lanzó hace 17 años al ruedo de la política, recordaron.
Por Kelly Velásquez (AFP)