José Luis Rodríguez Alvarez se crió con Alfredo Rodríguez en el Barrio Sarmiento de San Martín. Es el hombre que se acercó al papá de Candela en la cárcel de Magdalena y él que le reveló todo lo que se comentaba de él afuera. Fue citado a declarar en la causa que investiga el crimen y secuestro de la nena de 11 años. Con su testimonio reforzó la teoría de una venganza dirigida al padre y también complicó al «Topo» Moreyra, el presunto autor intelectual.
La teoría de una venganza por una deuda económica fue una de las primeras hipótesis de trabajo que los investigadores del caso analizaron cuando se inició el secuestro de Candela Sol Rodríguez. En la causa -a la que tuvo acceso Online-911-, el papá de la víctima declaró tres veces y aportó datos de sus posibles enemigos.
Siguiendo esta línea de investigación, el fiscal Marcelo Tavolaro también convocó a un compañero de prisión y confidente de Alfredo «Juancho» Rodríguez: José Luis Rodríguez Alvarez, quien reveló detalles de la conflictiva relación entre el padre de la víctima y Héctor «Topo» Moreyra, acusado de ser el autor intelectual del crimen, pero además dejó entrever que «Juancho» no era una persona de palabra a la hora de repartir un botín: «Cuando había que repartir, siempre trataba de salir ganando», admitió.
José Luis declaró que conoce al padre de Candela desde los 14 años y que en el año 99 conoció a Carola Labrador, actual pareja de Juancho y mamá de la víctima. «Para ese entonces ya trabajaba con Juancho. Pero yo perdí y estuve dos años y medio detenido. En cambio él y otro más se fueron a la semana de estar detenidos», contó.
El convicto confirmó también el vínculo entre «El Topo» y Alfredo: «Se conocían del barrio pero no trabajaban juntos. En el 2004, yo estaba con el Topo Moreyra cuando se bajó del auto y se cruzó con Juancho. Me dijo que me lo llevara a Moreyra porque le iba a dar un tiro. Después me pasó el teléfono pero nunca nos contactamos».
«Yo sabía que Juancho andaba con plata -amplió-, que era millonario. Sabía que trabajaba con los camiones y que tenía puestos en la Salada, porque me lo comentó el Topo Moreyra».
José Luis apuntó que se reencontró con Juancho hace dos meses, cuando fue trasladado a la Unidad Penitenciaria N° 36 de Magdalena, donde también estaba detenido el padre de Candela. «Me dijo que estaba re mal con la cocaína, porque consumía mucho, que lo que tenía lo había perdido todo y que había estado a punto de separarse. Me contó que se drogaba en el club del hermano de Maradona, y que quizás pasaba noches y días enteros ahí».
Durante el secuestro de Candela, el testigo precisó que lo escuchó a Juancho haciendo una llamada: «Gordo, me llevaron a mi hija, a mi hija se llevaron, hace algo».
Sobre su relación con él dijo que «era un buen compañero en la calle» pero reveló que «siempre trataba de salir ganando en las cuentas cuando había que repartir». «El era quien siempre manejaba los negocios por los contactos que tenía. Si bien su rol no era tan activo en los hechos, si lo era al momento de hacer efectivo el botín».
Otro dato que llamó la atención de los investigadores es que el padre de Candela utilizaba una falsa identidad en la cárcel para que nadie supiera quién es y que dos semanas antes de la desaparición de la nena encargó un golpe de piratas del asfalto desde la cárcel: «Juancho se hacía llamar Roberto; nadie sabía que estaba detenido. Como que quería ocultarse. Pero diez o quince días antes que pase lo de Candela, Juancho llamó a los hermanos, para que le lleven mercadería a Carola, porque estaba muy mal económicamente y Juancho se sentía mal porque Carola estaba trabajando».
Fuente: Online911