El presidente Rafael Correa aceptó que indaguen sobre la revuelta que él considera como un intento de golpe de Estado. Accederán a documentos desclasificados sobre los hechos de septiembre de 2010.
En declaraciones reproducidas por el portal informativo de la Presidencia, el mandatario dijo estar dispuesto a que organismos internacionales investiguen los hechos de forma independiente y sin la intervención de políticos de la oposición.
Varios asambleístas opositores solicitaron a la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos que indaguen la rebelión, de la cual consideran como principal responsable al mismo Correa, a quien adjudican haber ordenado el tiroteo en las inmediaciones del Hospital Militar.
«Que venga la ONU a investigar lo que le dé la gana, siempre y cuando no haya pillos de la oposición, que ya sabemos cuál es su postura», señaló Correa. Insistió que en Ecuador hay sectores que intentan negar y ocultar la actuación ilegal de los policías.
En la jornada del 30 de septiembre de 2010, que concluyó con cinco muertos, el presidente estuvo retenido por más de nueve horas, en las cuales se comunicó telefónicamente con algunos medios y con su homólogo venezolano, Hugo Chávez.
Según el jefe de Estado, hay una «abrumadora evidencia» que induce a pensar que incluso intentaron matarlo durante la revuelta.
Asimismo, el mandatario dijo estar de acuerdo con la desclasificación de documentos reservados de la fuerza pública sobre los hechos, pedida por el fiscal general del Estado, Galo Chiriboga.
Hasta el momento, nueve efectivos fueron condenados por lo sucedido, seis de ellos guardias del Congreso que impidieron a asambleístas acceder a la sede legislativa y otros tres que estuvieron presentes en la rebelión.
por EFE