Cadena perpetua para el fallido terrorista de Times Square

Faisal Shahzad, de origen paquistaní, dice que quiso matar «por lo menos a 40 personas»

Una juez de Nueva York condenó ayer a cadena perpetua y sin posibilidad de libertad condicional a Faisal Shahzad, el ciudadano americano de origen paquistaní que el pasado 1 de mayo aparcó en Times Square un coche cargado de rudimentarios explosivos con la intención de matar «por lo menos a 40 personas», según aseguró él mismo ante el tribunal. La sentencia tiene tanto de ejemplar como de oscura, pues deja sin contestar muchas preguntas sobre el verdadero alcance de los vínculos de Shahzad con los talibanes de Pakistán.
En un primer momento se pensó en un lobo solitario, un terrorista que va por libre. Posteriormente se dijo que en realidad Faisal Shahzad, un inmigrante de 31 años de edad tan integrado en EE.UU. como para poseer ciudadanía, familia con dos hijos e hipoteca (impagada con la crisis, lo cual podría explicar muchas cosas), tenía vínculos con los talibanes paquistaníes, de los cuales habría recibido entrenamiento y financiación. Parece que el entrenamiento se limitó a cinco días, y la financiación, a 5.000 dólares.
No es mucho para un ataque terrorista serio. Faisal Shahzad podría alinearse así con la nueva tendencia de terroristas «de franquicia», más inspirados que dirigidos por Al Qaida, como Umar Faruk Abdulmutallab, el nigeriano de 23 años que se presentó voluntariamente ante la organización de Osama bin Laden en Yemen, dispuesto a lo que sea. Y lo siguiente que se supo es que le habían detenido por tratar de aterrizar en Detroit con la entrepierna cargada de explosivos.
Para las huestes de Bin Laden y los talibanes estas personas son como un regalo del cielo. Se les pueden encargar operaciones individuales sencillas pero arriesgadas con coste cero. Si sale bien el éxito es de la organización. Si sale mal no han perdido ningún activista verdaderamente introducido y experimentado.
En un primer momento se informó de que Shahzad estaba colaborando con las autoridades de EE.UU., a las que le han bastado cinco meses para cerrar el caso con una sentencia que trata de justificar su dureza enfatizando que no por pedestre un atentado deja de ser peligroso.
Así pues, la juez subrayó que Faisal Shahzad, quien adoptó una actitud desafiante de «guerrero islámico», había estudiado Times Square con varias webcam y con el objetivo declarado de hacer estallar la bomba en el momento de máxima afluencia de peatones. Si no le hubieran pillado pensaba intentar otro atentado hasta morir o ser capturado, pues su vida sólo tenía un objetivo: «Unirme a mis hermanos en los ataques a América».

Fuente: ABC