BUENOS AIRES (DyN) — El intendente porteño, Mauricio Macri (Pro), descartó ayer que el cardenal Jorge Bergoglio haya apuntado contra su gobierno cuando aseguró que Buenos Aires «es una ciudad coimera».
«Habló, en general, de la necesidad de que todos volvamos a tener un compromiso con la ética y, por suerte, nuestra administración lo tuvo», expresó.
Para Macri, Bergoglio no apuntó a su gestión cuando el viernes advirtió sobre las mujeres sometidas a la prostitución y la explotación de inmigrantes en talleres clandestinos.
«En esta ciudad, se rapta a mujeres y chicos y se los somete al uso y abuso de su cuerpo y se les destruye la dignidad. En esta ciudad, hay hombres que lucran con la carne de los esclavos», remarcó el alto prelado al oficiar una misa en plaza Constitución.
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