Bologna le convirtió a Saja y, apenas por un minuto, le impidió al arquero de Racing alcanzar la tercera mejor racha sin goles en la historia de la Acadé.
El equilibrio proclamado por Diego Simeone apenas asumió como entrenador de Racing persigue el objetivo de la solidez defensiva. A despecho de lo que ocurre cuando Racing atrapa la pelota, del déficit de juego pese a varios pies sensibles en el equipo del Cholo, cerca del arco propio la solidez resulta evidente. Los dos volantes de contención ayudan como primera barrera y los centrales muestran la firmeza que jamás tuvieron en el ciclo de Miguel Russo (es clave la presencia de Matías Cahais en la zaga de una línea de cuatro y no como stopper con tres abajo, como ocurría hasta esta temporada). Además, en el arco hay una custodia probada. Agustín Saja lo respalda en números, ya que hasta ayer sólo había sufrido un gol, en la primera fecha frente a Tigre. Anoche Saja se quedó en la frontera de la invulnerabilidad porque rechazó el penal ejecutado por su colega de Unión, Enrique Bologna, pero no logró detener el tiro del 1 de Unión luego del rebote. Saja sumó 537 minutos con la valla invicta y, así, trepó al cuarto lugar en ese rubro estadístico en la historia del club, detrás de Agustín Mario Cejas (677 minutos entre 1965 y 1966), Carlos Roa (577, en 1992) y Pablo Migliore (538, en 2009). Sí, apenas 60 segundos separaron a Saja del tercer escalón del podio, que podría haber compartido con el actual arquero de San Lorenzo. A empezar de nuevo…
Fuente: Olé