La pericia, ordenada por el juez federal Norberto Oyarbide, fue realizada por peritos de Gendarmería Nacional y está indicando que al menos en un contrato la firma de Hebe de Bonafini fue truchada. ¿Por quién? Lo deberá determinar la Justicia y, seguramente, será una de las preguntas que el juez federal se encuentra elaborando para el momento de la indagatoria a Sergio Schoklender.
¿Hay más firmas truchas de Hebe en otros contratos? Podría ser. “Si hay una, bien podría haber otras”, sostienen las fuentes judiciales consultadas, aunque no aventuran los resultados.
El juez Oyarbide trabaja a toda máquina en la recolección de pruebas que permitan la indagatoria a Schoklender. Si bien era intención del magistrado convocarlo para los próximos días, se estima que tras la reaparición pública de Schoklender y las acusaciones que este ha lanzado se demorará esa citación.
En el tribunal que preside Oyarbide no se han recompuesto del espectáculo que la semana pasada montó Schoklender, quien insultó al juez y al secretario, un hecho que difícilmente olvidará el magistrado. Producto de ese exabrupto y de no estar de acuerdo con la reaparición mediática, sus abogados renunciaron a su defensa.
¿Qué llevó a Schoklender a romper toda lógica de ir a provocar al juez, salir a los medios y disparar para todos lados, sin apuntar en forma concreta?
La respuesta la da el propio Schoklender: “Se metieron con mi hijo, fueron a allanar el colegio de mi hijo, me tocaron el culo”.
¿A quién apunta Schoklender?
Básicamente, a Hebe de Bonafini. Entre ellos se rompió “el amor filial” del que tanto hablaron.
A su hermano Pablo, con quien está enemistado. Pablo, de bajo perfil, también integraba la Fundación Sueños Compartidos, aunque más ligado a Hebe. Pablo cree que su hermano Sergio “está loco” y que lo quiere involucrar en la causa para arrastrarlo nuevamente a la cárcel. Entre los hermanos no se han superado aún viejas cuentas pendientes que tendrían por el asesinato de sus padres.
Y también apunta al juez federal Norberto Oyarbide.
Después realiza consideraciones políticas sobre funcionarios del Gobierno nacional, en especial sobre el secretario de Obras Públicas, José López, pero se cuida de aclarar que “jamás hubo sobreprecios ni pedidos de coimas en las obras de la Fundación Sueños Compartidos”.
Revela que fueron algunos funcionarios del Gobierno los que le sugirieron una capitalización de la empresa Meldorek para poder acceder a un crédito del Bicentenario, que nunca obtuvo, y dispara contra Fatala y Boudou, por la impresión de afiches en la imprenta de las Madres, pero que, a su entender, “es más una cuestión ética que ilícita”. La oposición quiere saber si se utilizaron fondos públicos en esta impresión.
Cuando se le pregunta a Schoklender cómo estalla el “escándalo”, él lo cuenta: “La inflación encarecía el producto final, el Gobierno demoraba el envío de las partidas y yo estaba convencido de que debíamos apurar a los funcionarios y armar escándalo. Hebe y mi hermano Pablo no querían enfrentamientos con el Gobierno, había estrategias diferentes…Y en algún momento comenzamos a chocar y yo renuncié”.
Obviamente que la lectura que hacen desde el Gobierno y la propia Hebe es diferente. Para estos sectores, Schoklender aprovechó la bondad de Bonafini que “lo quiso como a un hijo”, se aprovechó de sus debilidades e hizo negocios a su espalda.
Sobre el juez Oyarbide dice que lo tiene “como un muerto civil”, inhibido judicialmente, sin poder salir del país y sin posibilidades de defensa.
Difícilmente el juez lo convoque en medio de este escándalo, aunque apuraba en las ultimas horas la preparación de toda la documentación reunida en la causa.
En su paso por el Congreso, Schoklender aportó poco.
A lo que venía diciendo, explicó de forma más concreta la forma de financiamiento de la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
Sostuvo que las distintas áreas de la Fundación recibían subsidios del Estado. Y que en un momento determinado se centralizaron todos los fondos en una cuenta. Y que desde allí se financiaban todas las obras de las Madres.
Recordemos que las Madres tienen una universidad, una radio, una librería y una biblioteca publica, entre otras obras, a las que agregaron la Fundación Sueños Compartidos.
Sugiere, Schoklender, que desde que se adoptó el sistema de caja única se hizo que el sistema fuera más difícil de controlar y que podría haber dado lugar al desvío “ilegal” de parte de esos fondos.
Sin embargo, pese al esfuerzo de los diputados de la oposición para tratar de que aporte datos “más jugosos”, Schoklender siempre puso un límite: el suyo, ya que evitó en todo momento, quedar incriminado en algún delito.
Por lo tanto, hasta ahora, son todas suposiciones o sugerencias de cómo habría accionado tal o cual funcionario en esos vínculos.
Asimismo, le costó mucho a la diputada Patricia Bulrrich que Schoklender diera precisiones sobre qué agente de la SIDE le habría sugerido silencio a cambio de que la causa se paralizara.
Schoklender evitaba una y otra vez dar nombres y lugares del supuesto encuentro, hasta que por la presión del interrogatorio de la diputada brindó ese dato. Tan impreciso de probar, como sus demás denuncias.
El diputado Macalusse, del Frente Amplio Solidario, fue contundente al explicar el paso de Schoklender por el Parlamento: “Llamarlo a dar precisiones de la construcción de estas casas es como llamarlo al Gordo Valor (famoso delincuente) para que explique aspectos de la seguridad”.
Las discrepancias planteadas por algunos diputados de la oposición estaban centradas en cuestionar que, al estar denunciado ante la Justicia y posiblemente imputado en las causas que se le achacan, el Congreso no podía citarlo, sino que había que dejar que sea el otro poder del Estado el que lo investigue y analice su situación.
Pero estamos en tiempos electorales y en la desesperación que exhiben algunos sectores políticos que no saben cómo reposicionarse ante la opinión pública, creyeron ver en Schoklender la oportunidad para que eso ocurriera.
El Gobierno, blindado como está políticamente, hace caso omiso, al menos hasta ahora, a las denuncias del ex apoderado de las Madres de Plaza de Mayo.
Por ahora, lo circunscriben a que es Schoklender el que tiene que dar explicaciones por la estafa a las Madres y que su situación la debe dirimir ante la Justicia.
No parecen estar muy preocupados por esas denuncias, aunque sí la Presidenta anota algunos datos apuntados en este escándalo que servirían para los cambios que prepara en caso de ser reelecta.
Se sabe que Julio de Vido seguirá en el Gobierno, tal vez en otro cargo. Pero que en el área de su actual Ministerio la Presidenta introduciría cambios de nombres.
Las últimas novedades que surgen de la Justicia indican que el fiscal federal Jorge Di Lello no ha encontrado pruebas que involucren a las Madres en el financiamiento de la campaña del kirchnerismo, tal lo denunciado por Schoklender. “No hay evidencias de que con el dinero de las Madres de Plaza de Mayo se hayan pagado campañas electorales”, estaría por indicar el fiscal.
Si esto se confirma, se estaría cayendo una de las principales acusaciones lanzadas por Schoklender.
Fuente: http://www.diariouno.com.ar/Gustavo Sylvestre
Columnista de UNO