La intermediación financiera es una actividad central para el crecimiento y, más aún, para el desarrollo económico. En este contexto, el rol de los bancos centrales como reguladores de la política crediticia es clave a los fines de promover un mayor acceso al crédito, especialmente dirigido a sectores estratégicos.
El sector bancario ha demostrado ser uno de los más dinámicos en la posconvertibilidad. Su participación en el PIB alcanzó un máximo de 5,3%, con un aporte promedio de 3,9% en esos años. Su buena performance quedó demostrada en la crisis de 2008-09, en la cual su margen de rentabilidad aumentó 41% en términos nominales. Asimismo, generó ganancias por $ 40.131 millones en los últimos doce meses.
Si se observa el fondeo de los bancos, los depósitos privados en pesos aumentan en promedio 39% interanual (40% en agosto) en lo que va del año, pese al aumento de la dolarización de portafolios. La participación de las colocaciones privadas a plazo fijo en pesos es de 40% del total, manteniéndose estable en los últimos 18 meses. Ello refleja que los inversores descuentan un escenario de estabilidad económica para el corto plazo. Si bien la liquidez de las entidades –medida como la suma de disponibilidades, encajes y pases con el BCRA como porcentaje de los depósitos totales- se encuentra en un nivel razonable (25%), sin embargo la relación ha caído 6,5 puntos en el último año como consecuencia de que los créditos aumentan más que los depósitos.
Por el lado de la oferta de crédito, los préstamos en pesos al sector privado crecen 43% desde enero, acelerándose en agosto (+48%). En particular, el segmento comercial (adelantos y documentos) muestra el mayor dinamismo, con una variación interanual promedio de 50% (+57% en agosto). Dentro de la financiación al sector privado corporativo se destacan los créditos a la industria, los que aportan 53% de la variación de la cartera de préstamos en el primer semestre. Luego se ubican los préstamos a empresas agropecuarias, con el 24%.
Por su parte, los préstamos con garantía prendaria aumentan nada menos que a un promedio de 64% en el año (+72% en agosto), reflejo del récord de patentamientos de automóviles 0km (+39% en agosto). Por su parte, los préstamos al consumo (tarjetas y personales) mantienen una variación interanual promedio de 43% (+50% en agosto). Muy postergados siguen los préstamos hipotecarios, que apenas crecen a un promedio de 20% i.a. (+24% en agosto).
En términos agregados, la exposición de los bancos al sector privado (préstamos como % de los activos totales) ya se ubica en el nivel más alto de los últimos 10 años: 46,1% frente a 40,9% de mediados del año pasado.
En relación a las tasas de interés, la BADLAR de bancos privados en pesos (para depósitos a 30 días superiores al millón de pesos) aumentó un punto y medio desde enero (11% a 12,5%). El mayor rendimiento que demandan los inversores por activos denominados en moneda local responde, en gran medida, a un aumento de las expectativas devaluatorias en el último mes y medio.
La irregularidad de la cartera de préstamos, en tanto, está en valores mínimos (1,7%), la mitad del porcentaje de 2009 (3,5%). Todas las líneas crediticias a los hogares muestran mejoras, en particular la de préstamos personales, en tanto la morosidad de la cartera corporativa se redujo 0,4 p.p. (a 1,1%) en el año.
La solvencia del sistema se observa al analizar el ROA (rentabilidad como porcentaje de los activos) que si bien ha disminuido levemente (del 2,8% en 2010 al 2,6% en 2011), todavía se encuentra en niveles elevados para el sector. La rentabilidad por comisiones, gastos de emisión de tarjetas, mantenimiento de cuentas, etc. representa nada menos que el 50% de los márgenes por intermediación bancaria. Sería deseable que la intermediación ocupe un lugar más importante en el negocio.
El sistema bancario argentino muestra una solvencia muy superior a la de períodos anteriores. Frente al aumento de la incertidumbre y a la desaceleración en la economía global, los riesgos pasan por cuál será el impacto cuanti y cualitativo de la caída de la actividad sobre la calidad de la cartera y la solvencia de las entidades, como así también sobre el nivel de depósitos y de liquidez. Una característica estructural del sistema local es que es poco profundo: los créditos son apenas 13% del PIB, muy por debajo de Brasil (31%) y Chile (64%). Este nivel, por si sólo, demuestra que el sector tiene un amplio margen para seguir creciendo.
Autor de Nota: Consultora Analytica