El senador radical y vicepresidente segundo de la Cámara alta, Roberto Costa, plantea ante Parlamentario una cuestión de “desigualdad” sobre la publicidad electoral, razón por la cual reclama una revisión de la ley para que “se puedan contratar espacios en forma independiente” de la pauta otorgada por el Estado.
Al legislador de la Primera Sección Electoral le resulta lógico, natural y saludable que Alberto Rodríguez Saá brinde cierto apoyo a Francisco De Narváez, abogó por que otras fuerzas políticas hagan lo mismo y afirmó categórico que De Narváez es “el único candidato opositor real, los demás son testimoniales”.
Roberto Costa reclama “un voto” que busque “el equilibrio institucional” y se comprometió a trabajar por “el consenso” al tiempo que señaló la necesidad de evitar las “mayorías automáticas o supra poderes” porque “siempre se equivocaron”.
– ¿Cuál es el primer análisis que hace de los resultados de las primarias?
– El Gobierno supo construir una andamiaje electoral para captar ese cincuenta por ciento de la sociedad que de alguna forma ve cosas positivas en la gestión, y hay otro cincuenta por ciento que está en desacuerdo con el Gobierno que se desparramó en seis opciones electorales.
– Y entonces…
– Nuestra opción allí, Ricardo Alfonsín y Javier González Fraga, se extiende a lo largo y ancho del país, pero no se obtuvieron buenos resultados en los grandes centros urbanos que será donde se tendrá que corregir, habrá que avanzar allí con nuestra propuesta.
– Y en la Provincia…
– Es una elección que está abierta, De Narváez es el único que puede crecer en la Provincia, la Udeso de esta forma cumplió su objetivo de ofrecerle a la ciudadanía una opción y podemos dar la nota en octubre, trabajaremos para eso.
– ¿Qué le llamó la atención de las internas?
– Lo que nadie venía viendo de la ley electoral que se puso en funcionamiento con las PASO, la trampa absoluta es la distribución de la publicidad en forma igualitaria a todos los partidos políticos, impidiendo a éstos la posibilidad de contratar privadamente en los medios.
– ¿A quiénes beneficia?
– A aquellos que tienen gobiernos nacionales y provinciales, como la presidenta, Daniel Scioli, Hermes Binner y Alberto Rodríguez Saá corren con una ventaja abismal porque sus provincias publicitan el trabajo de la provincia, están publicitando encubiertamente y haciendo propaganda de campaña para esos candidatos.
– ¿En qué sentido perjudicó a la UDESO?
– Esto hizo que no se haya podido explicar bien el acuerdo en Buenos Aires de la UCR con Unión Celeste y Blanco, la fuerza de Francisco De Narváez. No es lo mismo explicarlo en un programa de TV político que tiene cuatro o cinco puntos de rating que en una publicidad en un momento especial que hay cuarenta o cincuenta puntos de rating. Nuestras publicidades fueron un tercio de lo que tuvo Binner o Rodríguez Saá. En un mes se pudieron instalar porque obtuvieron el triple de publicidad comparados con los demás candidatos opositores.
– ¿Propondría volver atrás con la distribución de publicidad?
– Está muy bien que les den a todos los partidos los mismos segundos en forma gratuita, lo que está mal es que no se puede hacer una campaña para juntar fondos, porque después no lo podes gastar. Existe, y denunció, una fuerte intromisión y control del Estado en las campañas de todos los partidos que no forman parte del actual Gobierno y eso seguramente empeorará para las elecciones presidenciales del 23 de octubre.
– ¿La UDESO se puede encontrar con la victoria en la Provincia?
– La elección de Buenos Aires no está terminada, Daniel Scioli, en el tsunami de Cristina sacó el 46% en el territorio bonaerense y si uno mira los resultados, el segundo lugar de Francisco de Narváez está totalmente consolidado. Por lógica la elección general se debería polarizar y podemos hablar de un final abierto.
– ¿Cree qué es la alternativa al oficialismo?
– El que se da cuenta que hay temas que no resuelve el Gobierno nacional, sino que son obligación del Gobierno de la provincia como la seguridad, educación, salud y la falta de obras, tiene una opción clara para equilibrar esta situación. En Buenos Aires debe pasar lo mismo que en Córdoba, Santa Fe y Capital Federal, que no gane el partido del Gobierno, y de esta manera va a haber equilibrio de Gobierno en el país. La Unión para el Desarrollo Social es la única alternativa real en la Provincia.
– ¿Pero la fórmula nacional no ‘lo tira para abajo’ a De Narváez?
– Lo que sucede con las fórmulas nacionales es que el voto se dispersa, ni Alfonsín, ni Duhalde ni Binner pueden retener el voto de los candidatos locales o provinciales cuando estos son ‘candidaturas reales’. No se da una disputa de cinco candidatos a intendente en un distrito, la disputa real puede ser de dos o tres candidatos a lo sumo, se polariza ahí; luego aparece el candidato a gobernador y el de presidente; en la provincia de Buenos Aires ya quedaron dos candidatos a gobernador al igual que en la mayoría de los distritos con los candidatos a intendentes, pero es difícil que esto suceda a nivel nacional.
– ¿Concretamente por qué?
– La constitución de este frente entre la UCR y Unión Celeste y Blanco intenta responder a una demanda de la gente, es un frente que se construyó para gobernar, no para hacer una más o menos buena elección, atiende el futuro, pero tiene un fuerte compromiso con el presente, estamos preparado para gobernar mejor el distrito, De Narváez puede mejorar la provincia y somos la alternativa que equilibra el poder.
– ¿Usted le ve futuro a la alianza con De Narváez?
– Le repito, estamos convencidos que lo mejor que le puede pasar a la provincia de Buenos Aires, y también a la República, es que De Narváez sea el próximo gobernador. Pero además este acuerdo, que fue de cara a la gente, fue un golpe de audacia e inteligencia y debemos seguir escuchando a la gente y ser inteligentes.
– ¿Y cómo ve este acercamiento de De Narváez con Rodríguez Saá?
– Es lógico, natural y saludable que Rodríguez Saá brinde cierto apoyo a De Narváez y tiene que ver con esto que relataba, él no tiene candidato en Buenos Aires, en rigor nadie lo tiene, el único candidato real, no testimonial, es De Narváez por eso el oficialismo siempre nos complica las cosas; otros espacios opositores podrían tener la misma visión constructiva, no obstante, la gente también tiene esa posibilidad.
– Algunos sostienen que el oficialismo “ya ganó”
– Bueno nosotros estamos peleando la elección de intendentes en más de 100 distritos de la Provincia, somos la alternativa real al oficialismo o somos gobierno en algunos de esos lugares. En las primarias nuestro candidato Francisco De Narváez logró un claro segundo lugar y no se puede decir que Scioli “ya ganó”, en realidad nadie ganó las elecciones generales que se realizarán el 23 de octubre.
– ¿Cómo ve el panorama legislativo?
– Lo mejor para los bonaerenses es que haya equilibrio en la Legislatura, estos dos últimos años, donde no hay mayoría absoluta del partido gobernante, se demostró que las dos Cámaras anduvieron bien. Proyectos que llegaron del Ejecutivo se modificaron, discutieron, analizaron. Proyectos de la oposición fueron atendidos por el oficialismo, hemos sacado iniciativas muy importantes tanto de la Cámara baja como Alta. Para avanzar en la democracia tenemos que tener situaciones como estas, y debemos ir por algunas modificaciones electorales para que esto sea una cuestión natural.
– ¿Cómo la boleta única?
– Tenemos que ir por la boleta única para que se vote de distinta manera y no queden todos enganchados a las sábanas, para que la sociedad sepa lo que está votando en cada uno de estos lugares, para que distinga a los legisladores y a todos los candidatos, y hay que terminar con la reelección indefinida de intendentes y promover la votación de éstos y concejales en listas separadas.
– ¿También plantea modificar el sistema proporcional en la Provincia?
– Totalmente, es un tema profundo porque implica una reforma constitucional. No puede haber en esta Provincia secciones electorales, en donde para ser diputado hay que sacar 180 mil votos y en otras hay que obtener sólo 18 mil.
– ¿Cuál sería el sistema ideal?
– El más conveniente sería el sistema D’Hont. En Buenos Aires habría que pensar en la posibilidad de una reforma constitucional, no para la reelección indefinida del gobernador, sino para que haya balotaje, para modificar la representación y cantidad de legisladores por secciones electorales, y para que todo este trabajo que se está realizando con respecto a la regionalización se incluya, para una mejora de la política.
– ¿Otra reforma constitucional?
– Hubo una sola reforma importante en la Constitución que fue la de reelección del gobernador. Desde 1934 no hay una reforma integral de la Constitución bonaerense, en esa época no existía el conurbano bonaerense, ahora se potenció la cantidad de habitantes y nada tiene que ver con lo que significaba en el año ‘34 la distribución de los habitantes, superficie y riquezas de la provincia.
– Para ir terminando, ¿qué deberían elegir los bonaerenses?
– Un voto buscando el equilibrio institucional. Tenemos tres poderes, dos se eligen por el voto directo de la ciudadanía. Tenemos la chance de equilibrar el poder de esos tres, un voto para que en Buenos Aires se siga discutiendo, mejorando la propuesta, se trabaje por el consenso y no con mayorías automáticas o supra poderes que siempre se equivocaron.
– ¿Qué se debería hacer para que los dirigentes no caigan en el personalismo?
– Vale para una elección más el candidato que el partido, a tal punto que se han armado partidos en los últimos tres meses para afrontar estas elecciones. Hay que armar las alianzas, frentes electorales, con más antelación, no hay que tenerle miedo a la interna abierta, el que no gana en una interna abierta, no puede pretender ganar en la general.
– ¿Cuál sería el ideal?
– Armar con tiempo, discutir propuestas y llegar a los cuatro años a una interna abierta con distintos candidatos a presidente, legisladores y otros. Si la ciudadanía ha participado en un 80% en estas lo va a hacer en las demás.
– ¿Y por qué cree que no se pudo hacer en esta experiencia?
– Porque el Gobierno confundió a la oposición, reglamentó a cuenta gotas la ley, jugó con la incertidumbre de si se hacía o no; acciones todas que sólo beneficiaron al oficialismo que sí tenía certidumbre sobre lo que finalmente se iba hacer. Algo que también es una característica de este Gobierno, el constante manoseo de las reglas del juego en general y electoral en particular.
Fuente: http://www.parlamentario.com/