El Papa decidió finalizar su discurso ante la persistencia de los fuertes vientos y la lluvia. No obstante, miles de jóvenes se mantuvieron en el lugar a pesar de las inclemencias. Hay siete heridos por el temporal.
El Sumo Pontífice debió interrumpir su homilía cuando apenas había empezado a hablar en la vigilia de oración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en el aeródromo de Cuatro Vientos, en la capital española.
Tras soportar temperaturas cercanas a los 40 grados durante todo el día, los peregrinos lejos de enojarse entonaron con mayor alegría los gritos de «¡Benedicto, Benedicto!» y «¡Esta es la juventud del Papa!».
Los asistentes de Benedicto XVI lo taparon con paraguas blancos, esperando el final de la tormenta mientras. Poco después, retomó el acto y aseguró: «Vuestra fuerzas es mayor que la lluvia. Gracias por vuestra alegría». Agradeció, además, que hayan esperado bajo el agua.
Sin embargo, y a pesar de la voluntad de los miles de jóvenes, la tormenta recobró fuerza e impidió definitivamente que se desarrolle la jornada.
El Papa se despidió de los presentes y los emplazó para la misa del domingo por la mañana. Destacó, una vez más, el «sacrificio» de haber permanecido a pesar de las condiciones climatológicas.
Según informó la agencia Efe, el mensaje papal estaba destinado a invitar a los jóvenes a no conformarse «con menos que la verdad y el amor». «Precisamente ahora en que la cultura relativista dominante renuncia y desprecia la búsqueda de la verdad, que es la aspiración más alta del espíritu humano, debemos proponer con coraje y humildad el valor universal de Cristo como salvador de todos los hombres y fuente de esperanza por nuestra vida», señalaba el texto.
Además, la homilía sería un llamado a los asistentes para que pidan a Dios que la ayuda necesaria para descubrir sus vocaciones en la sociedad actual y en la Iglesia. Y señalaría que a muchos, Dios les llama al matrimonio «en el que un hombre y una mujer, formando una sola carne, realizan una vida en común».
Fuente: infobae.com