Ganó el Millonario sin sobrarle nada. En su debut en la Primera B Nacional, los dirigidos por Matías Almeyda superaron al Funebrero en el Monumental. No le fue fácil al equipo de Núñez dar su primer paso en este mundo desconocido que es la segunda categoría del fútbol argentino.
Llegó el día que nadie imaginaba que podía llegar. El día en el que River jugó por primera vez en la Primera B Nacional. Por eso quedará amarrado para siempre en la historia el martes 16 de agosto de 2011.
Y por eso también, los miles de hinchas millonarios que lo vivieron en el Monumental mojándose hasta los huesos por la lluvia intensa y los millones que lo sufrieron y lo gozaron a través de las pantallas de la televisión, evocarán este partido de anoche ante Chacarita Juniors como un hito de sus vidas futboleras. Como un recuerdo al que sólo el paso del tiempo le dará su sabor exacto.
Fue un partido de ascenso nada más que para la frialdad de las estadísticas. En las tribunas, la gente de River le dio color, calor y sonido como si tratase de uno de Primera. Pero costó generar el clima. De hecho, 20 minutos antes del pitazo inicial del cordobés Héctor Baldassi, en el Monumental era más el cemento vacío que el lleno. Y los gritos estaban retenidos. Como si el silencio expresara la contrariedad y el estupor de estar donde no se quería estar. Como si aún no se hubiera asimilado aquel mazazo de Belgrano que lo mandó a la B Nacional, aquel imborrable domingo 26 de junio.
Recién cuando el equipo apareció en la cancha, arrancaron las voces. Mucho más cuando a los 5 minutos, “el Chori” Domínguez habilitó en un córner al uruguayo Carlos Sánchez y su centro, cayó en la cabeza de su compatriota Juan Manuel Díaz para terminar en el fondo de la red de Nicolás Tauber. Que River estuviera en ventaja desde el arranque era la mejor novedad para serenar la ansiedad de los ánimos revoltosos.
El tema es que después se le hizo difícil a los Millonarios sostener el buen juego. En su estreno como entrenador, Matías Almeyda le transfirió a River mucho de aquello que lo resaltó como futbolista. Y por eso, el equipo fue ordenado, intenso, batallador, solidario y aplicado en la marca y en la recuperación de la pelota.
Pero el fútbol dependió de las pinceladas de Domínguez, jugando como delantero más replegado, y de la movilidad de Carlos Sánchez y de su buena pegada. Y, en menor escala, de las andanzas por la izquierda de Lucas Ocampos, un chico de 17 años que promete satisfacciones si es que saben contenerlo y no lo desamparan en medio de la rudeza habitual de esta categoría del ascenso.
De allí que, pese a su ventaja tan prematura, a River le costó generar situaciones e imponerle su sello al partido. Y, a medida que fueron avanzando los minutos, Chacarita se le fue animando. Con otras armas, sin un manejo tan claro de la pelota ni tanto relieve individual, más allá de lo que intentaron con discontinuidad Santiago Raymonda y Emanuel Centurión.
Mucho más se le animó Chacarita en el segundo tiempo. Cuando en River la pelota ya no pasó tanto por “el Chori” Domínguez, se detuvo el andar de Carlos Sánchez y el pibe Ocampos se fue desinflando hasta forzar su reemplazo por Facundo Affranchino.
Y Chacarita salió a presionarlo más arriba, con coraje a pesar de sus limitaciones. No llegaron tanto los Funebreros y por eso, la posibilidad del empate no pasó de lo potencial.
En cambio, River sin jugar bien, pudo haber aumentado. “Tomatito” Pena le sacó a Domínguez un tiro sobre la línea y otro remate del “Chori” rozó en Tauber y dio en el poste izquierdo. Todo un dato: en ninguna de las chances millonarias participó Fernando Cavenaghi, todavía alejado del delantero voraz que supo ser.
No le fue fácil a River Plate dar su primer paso en este mundo desconocido del ascenso. Ganó con lo justo, después de nueve partidos en que no lo hacía, y eso, para empezar, es una buena noticia. Pero tendrá que jugar más y mejor, y luchar tanto como ayer para crecer y multiplicarse. Tampoco en la Primera B Nacional se suma con la chapa y con la historia. Lo sabía desde antes. Lo sabe todavía más desde anoche.
Fuente: Mundo D