A Racing le faltó controlar el juego

Demasiado vertical, no supo dominar desde la posición. Hauche y Lugüercio fueron más laterales que delanteros.

Racing de Simeone interpreta el juego desde la verticalidad: atacar es ir para adelante y defender, ir para atrás. Pero nunca administra la pelota ni ejerce el control psicológico del partido. Atacar no es cuestión de poner tres delanteros y tirársela. Si no se dan pases horizontales, los avances se vuelven previsibles. Avanzar es primero ir hacia un costado para después ir gradualmente hacia adelante, salvo que se presente la oportunidad de profundizar.

Entonces, Racing puede ser un equipo peligroso no por funcionamiento colectivo sino por las individualidades, sobre todo por la capacidad de Teo Gutiérrez, un crack que sabe leer las jugadas y se inventa situaciones. Castro también fue un punto positivo, ya que desde el interior del campo logró penetrar la línea defensiva de Tigre (así vino el gol). Sin embargo, Racing no supo aprovechar esa superioridad en el resultado ni utilizar el factor psicológico. Cerró bien los espacios pero le faltó ambición y sólo avanzó con lanzamientos largos. Esa presión y espera en campo propio obligó a los extremos a ser laterales bis. Conclusión: no fueron determinantes y terminaron extenuados. Y además dejaron aislado a Teo, librado a su suerte y a su talento para resolver en soledad.

Ese desgaste de Racing por correr detrás de la pelota para recuperarla provocó que Tigre creciera a partir del ingreso de Carrasco, factor determinante. Porque el petiso encontró espacios a espaldas de los volantes y desequilibró con picardía y velocidad. Ese acierto defensivo al que tanto apostó el equipo de Simeone tuvo una falla y Leone concretó el empate.

Racing demostró cierta ambición (u obsesión) por el resultado, aunque renunciando a la pelota y al manejo de los ritmos y del factor psicológico del partido: confió en exceso en su labor defensiva. A veces, el rival puede acertar por méritos propios, pero hay que evitar estimularlo.

Fuente: Olé