Behring Breivik quería atacar otros objetivos en Noruega

El líder ultraderechista francés Le Pen levantó de nuevo polémica al afirmar que la “ingenuidad” del gobierno de Oslo fue “más grave” que los atentados.
Oslo • Anders Behring Breivik, autor de la matanza del 22 de julio, confesó que tenía «otros objetivos», anunció el sábado la policía, quien no confirmó informaciones de la prensa según las cuales el extremista noruego quería atentar contra el Palacio Real y la sede del Partido Laborista.

«Durante sus interrogatorios, dijo de forma general que estaba interesado en otros objetivos», explicó el fiscal de la policía, Paal Fredrik Hjort Kraby, en una rueda de prensa. «Se trata de objetivos que parecen naturales para un terrorista», añadió el jefe de la investigación judicial.

Según el diario sensacionalista Verdens Gang, el Palacio Real estaba entre los objetivos de Behring Breivik debido a su valor simbólico, así como la sede del Partido Laborista, formación que está en el poder y a la que el extremista culpa de haber instaurado una sociedad multicultural deshonrosa.

De acuerdo con el diario, que no revela sus fuentes, los investigadores estiman que Behring Breivik tuvo dificultades para fabricar explosivos, aparte de la bomba que el reconoció haber detonado en el barrio de los ministerios, en pleno corazón de Oslo.

Behring Breivik, noruego de 32 años y que se considera en una cruzada contra la «invasión musulmana» en Europa, también confesó ser el autor de la matanza de la isla de Utoya, donde las juventudes socialistas se encontraban celebrando unos campamentos de verano. Los dos ataques dejaron un total de 77 muertos, principalmente jóvenes, según el último recuento de la policía.

Citado el viernes por la prensa, el abogado del autor confeso de la matanza, Geir Lippestad, ya avanzó que su cliente tenía más objetivos. «Sucedieron cosas ese día que no quiero abordar, que hicieron que las cosas se desarrollaran de forma diferente a lo que él había previsto», declaró Lippestad.

La policía, que inspeccionó una decena de potenciales objetivos tras los ataques del 22 de julio sin detectar nada sospechoso, afirmó haber reforzado las medidas de seguridad alrededor de los principales edificios institucionales.

En un informe publicado el viernes por la noche, los servicios de inteligencia de la policía noruega, la PST, confirmaron que no había motivos para elevar el nivel de amenaza en Noruega, debido al carácter «único» de la matanza del 22 de julio.

Un día después de que se celebrasen los dos primeros entierros de víctimas de la matanza, Noruega homenajeó hoy a los socorristas movilizados en el día más negro de la historia del país nórdico desde la Segunda Guerra Mundial.

Un concierto reunió en la tarde a bomberos, soldados, policías y conductores de ambulancias junto al príncipe heredero Haakon en la catedral de Oslo. Afuera, los ciudadanos colocaron rosas junto a los vehículos de rescate. Otro concierto reunió a miles de personas en la apertura de un torneo de fútbol para niños y adolescentes cerca de la capital noruega.

En prisión preventiva en una cárcel de máxima seguridad por un período renovable de ocho semanas, Behring Breivik será examinado por dos psiquiatras a partir de la próxima semana para determinar si es penalmente responsable de los hechos. Los expertos deben entregar su informe antes del 1 de noviembre.

Sus acciones, que conmocionaron a todo el mundo, continuaron creando malestar el sábado, una semana después del doble atentado. El cineasta danés Lars von Trier confesó sentirse «completamente trastornado» por la idea de que Behring Breivik considere su película Dogville como una de sus favoritas y estimó que la extrema derecha danesa es en parte responsable de la matanza por sus ataques al islam.

En Francia, el ex líder del partido de extrema derecha Frente Nacional, Jean Marie Le Pen, reabrió la polémica al reafirmarse en sus declaraciones del viernes en las que aseguró que la «ingenuidad» del gobierno noruego fue «más grave» que los atentados.
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