Conmoción en Haedo por el secuestro de un hombre y su hijo

Sucedió en horas de la mañana cuando César Rodríguez, de 45 años, fue sorprendido por un grupo de delincuentes que saqueó su vivienda. Luego de eso, lo obligaron a ir hasta la casa de su hijo, en el mismo barrio, a quien también asaltaron y quitaron sus pertenencias. Rodríguez, dueño de un frigorífico, consideró que el robo “fue al voleo” y manifestó que después de este hecho se ve “obligado” a irse del lugar.

Un hombre de 45 años fue capturado hoy en Liniers y llevado hasta su casa en la localidad bonaerense de Haedo, donde los delincuentes se llevaron dinero y objetos de valor, luego de lo cual lo obligaron a ir hasta la casa de su hijo –en la misma localidad-, a quien también asaltaron.

Se trata de César Gustavo Rodríguez (45), dueño de un frigorífico, quien contó que el asalto «fue al voleo» y comenzó cuando circulaba con su cupé Hyundai Génesis en la bajada de Liniers, el límite donde nace el Acceso Oeste y termina la autopista 25 de Mayo, del lado de Capital.

La víctima contó que primero lo llevaron a su casa, ubicada en la calle Caseros al 500 de Haedo y después lo encerraron en el baúl del auto.

Rodríguez relató que en su casa, los delincuentes estuvieron «40 minutos o una hora» y que allí «cargaron electrodomésticos».

«Me pedían plata, pero a los diez minutos saben que no tenés plata. Estoy sorprendido de la supremacía que tienen sobre el resto, sobre nosotros, sobre la policía», añadió.

Después de saquearle la casa, continuaron con la de su hijo, Juan Cruz Rodríguez (26), en la calle Gobernador Carlos Tejedor al 1300, también en Haedo. «Cuando me sacaron el handy lo prendieron y lamentablemente mi hijo atendió», recordó la víctima.

Además de saquear sus casas, donde se llevaron electrodomésticos y dinero en efectivo (pesos, dólares y euros), fuentes policiales informaron hoy que la banda se quedó con los dos autos de padre e hijo: la cupé Hyundai y un Volkswagen Bora, y que ninguno de los vehículos hasta esta mañana había sido recuperado.

Rodríguez dijo que los delincuentes «tenían entre 30 y 35 años», actuaron «a cara descubierta», se manejaban «con handy», parecían «una banda organizada» y que podrían haberlo matado.

Rodríguez dijo por último que después del robo que sufrió deberá cambiar de domicilio: «Ahora me mudo, después de esto, me tengo que mudar», concluyó.

El caso, por el que no hay ningún sospechoso identificado ni detenido, es investigado por el fiscal Javier Ghessi, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1, la comisaría 2da. y la DDI de Morón.

Fuente: InfoRegión