Joaquín Bustos Fierro, el niño cordobés de 10 años que se sometió en Estados Unidos a una transfusión de médula ósea para superar una enfermedad genética, recibió el alta hospitalaria en las últimas horas aunque deberá seguir un tratamiento ambulatorio, informaron hoy fuentes médicas.
Joaquín fue operado el 27 de junio para tratar una enfermedad degenerativa adrenoleucodistrofia, y «está bien, le dieron el alta porque las células blancas van subiendo en número, va mejorando, lo que hace que pueda salir del hospital» donde fue intervenido, dijo Federico Serrot, el médico residente argentino que acompaña a la familia en la clínica universitaria de Minnesota, en la ciudad estadounidense de Minneapolis.
«Siempre es mejor salir, porque se mueve más, tiene más actividad y una vida más normal», indicó esta mañana el especialista al sitio Web del diario La Voz del Interior.
Serrot explicó que el niño seguirá un tratamiento que incluye la ingesta de unos 30 comprimidos por día.
«Tiene un catéter fijo que se lo dejan por un tiempo largo. Los papás aprenden a pasarle algunas drogas por ese catéter», añadió.
El médico residente agregó que el alta hospitalaria es «alentadora pero hay que esperar a que se confirme que las células que están volviendo a crecer son de la médula ósea de su hermana Sofía» de 12 años, quien fue la donante.
En tanto, Agustín Bustos Fierro (14), quien padece la misma enfermedad que su hermano Joaquín, comenzará en los próximos días con la quimioterapia intensiva previa al trasplante, que tendría lugar el próximo 2 de agosto.
«Ya hizo la pre-quimioterapia, que son tres días con drogas bastante fuertes», indicó Serrot.
La familia Bustos Fierro se completa con un cuarto hijo, Matías, de 4 años, que también sufre de adrenoleucodistrofia, enfermedad que afecta al sistema nervioso central y puede dejar al paciente en estado vegetativo, pero que no necesitará de un trasplante de médula ósea, a diferencia de Joaquín y Agustín.
Fuente: Diairo Hoy