El hallazgo de los cinco proyectiles en el cráneo de la víctima no fue registrado porque los peritos se quedaron sin cinta, precisaron durante el juicio. Las imágenes se reanudan cuando ya exhiben las balas.
El segundo juicio por el crimen de María Marta García Belsunce continuó hoy en los tribunales de San Isidro con el video de la autopsia como tema principal de la breve jornada.
El video se exhibió por primera vez en el juicio y se comprobó que el momento clave en el que los forenses descubren cinco proyectiles dentro del cráneo de la víctima no fue grabado porque se acabó un casete, según contó Enrique Chiogna, el perito a cargo de esa grabación.
Ni bien comenzó la proyección de la autopsia, los únicos dos imputados de encubrimiento que hoy estuvieron presentes, Horacio García Belsunce (h) y Guillermo Bártoli, pidieron permiso y decidieron retirarse de la sala.
El video -que ya había sido exhibido en el primer juicio por el caso, al viudo Carlos Carrascosa-, muestra imágenes muy crudas del momento en que el cadáver putrefacto de María Marta es traspasado desde el ataúd a la mesa de Morgagni -así se llama la mesada donde se hace la autopsia-, cuando le quitan la ropa y cuando le hacen las primeras tareas de limpieza con un duchador.
El testigo recordó que tras la exhumación del cadáver del cementerio de La Recoleta se trasladó el ataúd a la morgue de la calle Viamonte, donde utilizó lo que él mismo calificó como una «vieja máquina» de video marca Panasonic con la que grabó la operación de autopsia.
Aclaró que la fecha y hora que figuran en la grabación -13/9/2002 a las 11.17- no se correspondían con la realidad por un defecto técnico que tenía el propio reloj de la cámara.
El primer cruce de los fiscales Laura Zyseskind, Leonardo Loiterstein y Daniel Márquez con los defensores fue cuando el abogado de Bártoli, Alejandro Novak, pidió que se exhiba la prueba en su soporte original, un VHS, y no el DVD que los representantes del Ministerio Público proyectaban desde una laptop.
Los defensores siempre sospecharon el motivo por el cual el video que está en la causa se interrumpe justo en el momento en el que los forenses están aserrando la calota (apertura del cráneo) y se reinicia cuando ya exhiben los cinco proyectiles calibre .32 encontrados dentro de la cabeza de la víctima.
El misterio lo aclaró el propio testigo cuando hoy reconoció que, en medio de la autopsia, se le acabó el casete y tuvo que ir a comprar otro VHS.
«Fue en el momento en el que le estaban abriendo el cráneo. Tuve que salir a comprar otro casete en la esquina de la morgue porque se me acabó. No tardé más de 10 minutos», dijo Chiogna.
Para la defensa, ése es un momento clave de la autopsia porque -si bien hoy no se vio esa parte de la grabación- al examinar los orificios que María Marta presentaba en la cabeza se los escucha hablar de las canillas con las que se habría golpeado la víctima y recién se dan cuenta de que se trata de balazos cuando encuentran los cinco plomos dentro del cráneo.
El argumento de la defensa es que si ni siquiera forenses expertos se dieron cuenta de que la víctima estaba baleada al ver la cabeza ya rasurada sin pelo y recién lo advirtieron cuando encontraron los proyectiles, cómo es posible que los familiares se percataran de que lo de María Marta era un asesinato.
Fuente: La Razón