Otra vez las compañías volvieron a cancelar y demorar vuelos en el Aeroparque y en Ezeiza. Los problemas comenzaron cerca del mediodía, cuando reapareció la nube de cenizas, y seguirán hoy.
Las cenizas del volcán chileno Puyehue, que merodean el cielo de Buenos Aires, obligaron a las autoridades a suspender y reprogramar vuelos, una vez más, en el aeroparque Jorge Newbery y el aeropuerto internacional de Ezeiza. Según informaron fuentes de la empresa Aeropuertos Argentina 2000, la decisión de paralizar las operaciones fue determinada poco después del mediodía, cuando la nube de partículas se hizo más notoria. Las irregularidades continuarán hoy, especialmente por la mañana.
En el aeroparque metropolitano, las complicaciones comenzaron a las 11 de la mañana. Desde ese momento, la mayoría de los vuelos de Aerolíneas Argentinas, Austral, Andes y Pluna no partieron, en tanto que los viajes de LAN salieron casi en su totalidad. Sin embargo, pasadas las 16, el panorama se complicó aún más y se registraron cancelaciones y demoras en todas las compañías aéreas.
Similar fue la situación en Ezeiza, donde los problemas se iniciaron cerca de las 13. El primer vuelo suspendido fue uno de LAN procedente de Neuquén, a las 12.55. De ahí en más, Aerolíneas, Austral, LAN y, en menor medida, empresas internacionales sufrieron cancelaciones, demoras y también desvíos.
Por los problemas en los vuelos, miles de pasajeros quedaron varados en las terminales aéreas. Cansados de esta situación anormal, algunos de ellos improvisaron una protesta en Ezeiza ante las cámaras de televisión. Y aseguraron que hacía varios días que aguardaban viajar a destinos como Colombia, Venezuela y México, pero que las constantes suspensiones los habían obligado a permanecer en Buenos Aires, en algunos casos desde hacía dos o tres días.
Según la información que difundieron las autoridades aeroportuarias, habrá que decirle a este grupo de varados que tenga paciencia: el cielo seguirá con cenizas, al menos por hoy, y las compañías aéreas deberán cancelar vuelos otra vez.
Fuente: La Razón