Domínguez arregló con Valencia el préstamo por un año a River y, de palabra, ya es el primer refuerzo de River. “Vuelvo porque soy hincha”, les confesó a sus íntimos.
No alcanzaría todo el espacio publicitario ni estas líneas para enumerar las cosas materiales que resigna Alejandro Domínguez con la decisión que ya ha tomado. De cualquier forma, el slogan del final sería con esa misma musiquita que utiliza la famosa tarjeta de crédito. Hay cosas que el dinero no puede comprar.
River, está claro, no sólo que no tiene billetes para salir de shopping sino que empezó a vender con urgencia. Sin embargo, mientras Lamela cierra lo suyo en Italia, por Núñez ya pueden decir que abrocharon el primer refuerzo de esta desconocida etapa y uno que, por recursos propios, no hubiera podido conseguir ni siquiera cuando estaba en la A. Es que acá existe una única lectura y en ningún momento entra la cintura de dirigentes que ya dieron sobradas muestras de que el mercado no es el ámbito en el que mejor se mueven. Entonces, si Olé asegura que el borrador del contrato está finiquitado y que en las próximas horas el Chori pondrá el gancho para regresar al Monumental, los motivos apenas obedecen a la voluntad del jugador.
“Vuelvo porque soy hincha de River”, le confesó el delantero a uno de sus íntimos, acaso de los tantos que le recomendaron pensar mil veces lo que estaba haciendo. Pero ni cerca anduvieron de convencerlo, porque su deseo de volver nunca fue por los senderos de la demagogia. “Allá viví cosas hermosas y quiero poner el hombro en este momento”, les respondió, al mismo tiempo que dio por concluida cualquier discusión al subrayar que “lo que me moviliza es la gloria y no la plata”.
A diferencia de tantos otros, el Chori va a los hechos. Si bien es cierto que no se mudará a un rancho vecino a la autopista, al venir a la Argentina dejará la tranquilidad y el glamour que encuentra en su mansión ubicada en Bétera, un coqueto municipio que queda a 15 kilómetros de Valencia y a 23 del Mediterráneo. Sus ganas lo llevaron a negociar con los popes del club español, a resignar los casi dos millones de euros que dejará de cobrar como Che en los próximos 12 meses y a rechazar la suculenta propuesta del Rubin Kazan, que lo quería por una temporada a cambio de cuatro millones de euros netos.
Sergio Mandrini, uno de sus apoderados, ultima detalles en España, en tanto que en Baires es Néstor Sívori quien está en contacto directo con el primer piso del Monumental. El contrato al que sólo le falta la firma será a préstamo por un año, sin cargo y sin opción, o sea que, luego de la arriesgada aventura por la B Nacional, el Chori deberá retornar al Valencia para cumplir con el vínculo hasta el 2013. Su otro deseo es que para ese momento ya no esté Unai Emery, el DT que lo hizo a un lado y potenció sus ansias de irse a un club que lo tenga en cuenta. Aunque lo que sorprende en este caso es que él haya tenido en cuenta a River. Sin duda, una determinación tomada desde el corazón y que lo acerca al corazón del hincha. Un hincha que, con Almeyda en el banco, perdió a su último ídolo-jugador.
El Pelado, así, tendrá un refuerzo top. “Me encanta el desafío”, se entusiasmó Domínguez, quien a los 30 años sintió que andaba extrañando ese olorcito que lleva en el apodo… Y que no se compra con euros.
Fuente: Olé