El derecho a la identidad, según Aguer

Dura embestida del arzobispo platense contra las situaciones extraordinarias que genera la nueva ley de matrimonio entre personas del mismo sexo.
BUENOS AIRES (DyN) — El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, advirtió ayer sobre una desigual preocupación por el derecho a la identidad biológica, al comparar el reclamo de ADN a los hijos adoptivos de la dueña del grupo Clarín y a situaciones derivadas de la sanción de la ley de matrimonio igualitario.
«Se viene persiguiendo a dos jóvenes vinculados a un importante medio de prensa y se los obliga a investigar su origen biológico, aun cuando (ellos) son felices ignorándola», arrancó el prelado, durante su reflexión semanal por televisión.
«¡Pero en los casos provocados por el matrimonio igualitario, la identidad biológica no importa! En Rosario se inscribió el nacimiento de dos mellizas como hijas de dos mujeres unidas por esta nueva forma. Las niñas recibieron el apellido de ambas, porque tendrán dos mamás», continuó.
«En realidad, sólo una de esas dos mujeres es madre biológica de estas niñas; la otra, en cambio, reivindicó ese papel y el reconocimiento consiguiente porque estuvo presente en el acto de inseminación artificial y luego también durante la cesárea por la cual las niñas nacieron», abundó Aguer.
El alto prelado se preguntó quién es el papá y planteó el interrogante sobre si las bebés no reclamarán en el futuro su derecho a conocer la identidad biológica.
«Otro caso: un señor que se viste de mujer, que se puso nombre de mujer y que, recientemente, recibió el documento donde figura así, también unido en matrimonio igualitario con otro hombre, como es una persona muy conocida en la farándula, anunció que será mamá», señaló Aguer, en referencia a la actriz Florencia de la V.
«Cómo la persona es famosa, se la felicita porque será mamá. ¿Qué va a ser? ¡Tendría que ser papá! Es una confusión. Se trata de casos extravagantes y también, por lo desparejos, antiigualitarios», redondeó.
El arzobispo platense exhortó a reivindicar el sentido común porque, según expresó, se aprobaron leyes contrarias a la realidad natural. «¡Desgraciadamente, los disparates existen, pero que no nos obliguen a reconocer que son cosas normales!», concluyó.

Fuente: http://www.lanueva.com