Siria fue escenario hoy de una nueva jornada de multitudinarias protestas contra el presidente Bachar al Asad, en las que murieron una decena de personas debido a la represión de las fuerzas del orden.
Los cuerpos se seguridad sirios volvieron a disparar hoy contra los manifestantes para acallar las voces que piden la caída del régimen e intentar dispersar las protestas, que se extendieron por todo el país.
En el denominado «Viernes de la salida», la represión fue especialmente sangrienta en la ciudad de Homs, en el centro del país, en los alrededores de Damasco y en la provincia de Idleb, en la frontera con Turquía.
El director de la Organización Nacional para los Derechos Humanos, Ammar Qurabi, dijo a Efe que disponía de informaciones que apuntaban que al menos diez personas habían fallecido hoy, aunque su organización sólo había podido confirmar siete víctimas mortales.
Según Qurabi, los disparos de las fuerzas de seguridad causaron la muerte de tres personas en Homs, dos en el barrio de Qadam en la capital, uno en Latakia (noroeste) y otro en Daria, en la provincia de Rif Damasco.
Por su parte, los denominados Comités Locales de Coordinación publicaron en su página web de Facebook una lista de nueve mártires, a los que identificaron por su nombre y apellido, y que en su mayoría coinciden con los datos de Qurabi y de otros grupos opositores.
Este grupo documentó el fallecimiento de tres personas en Homs, dos en los barrios de Damasco de Qadam y Al Asali, uno en Latakia y otros tres en la zona de Yabal al Zauya.
Esta zona, fronteriza con Turquía, ha sido objeto de una fuerte represión por parte de las tropas del Ejército en los últimos días, que se ha saldado con una veintena de muertos.
Las localidades donde se han producido víctimas no han sido las únicas escenario de protestas hoy, cuando decenas de miles de personas han salido de nuevo a la calle para expresar su rechazo al régimen sirio.
En el resto del país, han tenido lugar multitudinarias manifestaciones en ciudades como Hama (centro), Deraa (sur) y Alepo (norte), así como en localidades de las provincias de Deir Ezor y de Idleb.
Mientras, las autoridades volvieron a acusar a grupos armados y a una conspiración internacional de estar detrás de la revuelta que comenzó a mediados del pasado mes de marzo.
La agencia oficial de noticias siria Sana informó de la muerte de cuatro civiles y de un policía por disparos de grupos armados, pero no identificó el lugar donde ocurrieron los hechos, sólo comentó que estos grupos actuaron en el barrio de Qadam y en Homs.
Además, el Ejército sirio dijo que una de sus unidades especiales ha logrado liberar a un grupo de soldados que habían sido secuestrados por «organizaciones terroristas armadas» en el norte del país.
«Los militares habían sido capturados (…) mientras efectuaban una misión de reconocimiento en la zona de Yabal al Zauya para detectar movimientos de grupos armados», explicó una fuente militar a la agencia de noticias siria Sana.
La fuente indicó que el rescate, efectuado ayer, «se llevó a cabo sin bajas y que la unidad especial logró capturar a varios terroristas e infligirles perdidas».
Ni las informaciones oficiales ni las de los grupos opositores pudieron ser verificadas de forma independiente, debido a las restricciones que el régimen ha impuesto a los periodistas para trabajar.
Desde el inicio de las protestas, han muerto 1.357 civiles y 343 militares y policías, según el último recuento del opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Fuente: EFE