¿Es un deja vu?

Con gol en contra, Gimnasia cayó en San Juan y así perdió el tercer partido de ida de las Promociones que afrontó. ¿Esta vez podrá darlo vuelta como ante Rafaela?

Su historia más reciente lo paseó por ese terreno en el que primero sufrió y luego gozó. Le ocurrió una, dos veces. Ahora, más que nunca, Gimnasia necesita que la tercera no sea la vencida. Se abraza a los antecedentes y desde allí intenta construir una mentalidad positiva. En las últimas dos Promociones que disputó perdió los encuentros de ida (0-3 y 0-1), ambos con Atlético de Rafaela, aunque luego sonrió. ¿Se repetirá la historia? En lo futbolístico, con las estadísticas a un costado, la excursión del Lobo a San Juan le dejó un bolso cargado de preocupación por su juego. Siente el peso de la derrota por 0-1, pero mucho más la manera, la forma. Sin fútbol, sin luces, sin el hambre necesario. Enredado estuvo Gimnasia. Y con la mala fortuna que le deparó el gol en contra de Oliver Benítez.

En el marco de un desarrollo ordinario técnicamente, San Martín tomó el timón por la responsabilidad que le demandó la localía. De todas maneras, lo suyo fueron avances tibios, sin agresividad, sin punch. Gimnasia fue un equipo desconectado, demasiado largo, con mucho espacio entre el mediocampo y delanteros que, en consecuencia, recibieron poco abastecimiento. Con una defensa que no terminó de darle garantías, tuvo un lapso en el que fue superior. Sin embargo, apenas se quedó en insinuaciones. Al percatarse de que no podía quebrar el cero, bajó la intensidad y se dedicó a sostener esa diferencia para evitar que aumentara en su perjuicio. Esa postura, justamente, lo llevó a dejar una imagen poco ambiciosa.

San Martín fue más coraje que precisión. Los únicos que por momentos rompieron la monotonía fueron Quiroga y Roberval: movilidad y habilidad, cuando la pelota pasaba por ellos, los sanjuaninos se ilusionaban con arrimar peligro. El resto no se contagiaba, luchaba y buscaba progresar, pero no le alcanzaba con intenciones.

Al igual que Gimnasia, en los últimos minutos los anfitriones valoraron la ventaja parcial obtenida y levantaron el pie del acelerador. Se conformaron los dos, en definitiva. Patearon para adelante, hacia el compromiso del jueves, en el Bosque. Será otra batalla deportiva. Gimnasia esperará otro guiño de sus antecedentes y deberá mejorar su producción. El 0-1 no le mete miedo, pero no debe confiarse en el pasado.

Fuente: Olé