En medio del desconsuelo y la desolación, el Millo tendrá que rearmarse para volver pronto a Primera. No será un camino de rosas. Y el frente interno está convulsionado.
No fue una pesadilla. Es la cruel realidad. Los hinchas de River vivieron la noche más larga y negra de su vida deportiva. No hay consuelo. Por ningún lado. Hoy es lunes. Lunes 27 de junio de 2011. Y el mundo River, con pena y angustia, tiene que encarar su primer día en la B. Porque la historia sigue, aunque el descenso duela en cada fibra, en cada rincón del corazón.
Así están hoy los hinchas de River. Desolados. Muchos, sin dormir. Otros, incrédulos. Los más, seguramente, aceptando con resignación que el club pagó en la cancha las malas administraciones de los últimos años encabezadas por José María Aguilar y Daniel Passarella.
Hoy, River se levantó en la B. Por primera vez en su historia jugará en la segunda división del fútbol argentino. Ya no hay otro partido, ya no queda un milagro por esperar. El equipo que supo ser puntero del torneo Clausura se autodestruyó en once partidos. De abril a junio se rompió en mil pedazos: se lo comieron los nervios, la angustia, y la Promoción. Y Belgrano de Córdoba supo sacar provecho de once jugadores a la deriva.
En algún momento del duelo deportivo, River tendrá que aceptarlo y comenzar a rearmarse para volver lo antes posible a Primera división. Porque el camino de la B Nacional no será un sendero de rosas. Tendrá que luchar contra equipos muy humildes que tratarán de llegar al paraíso ganandole «al más campeón del fútbol argentino». Pero antes, tendrá que resolver graves problemas en el frente interno.
Luego del descenso, Daniel Passarella enfrenta su hora más crítica. El presidente dijo que lo van a tener que sacar «con los pies para adelante», y hay hay una movida para sacarlo de la conducción del club. El ex presidente Alfredo Davicce anticipó que «este gobierno no puede seguir». Y parte de la Comisión Directiva está evaluando dar un paso al costado y quitarle el apoyo a un mandamás al que acusan de «soberbio y autoritario».
River tampoco tiene técnico, y muchos jugadores se irán del plantel. Juan José López dirigió (es una manera diplomática de afirmarlo) su último partido ante Belgrano. En realidad, la influencia de Passarella fue total. Incluso, el Negro no volvería a las inferiores y se iría del club. Igual que Juan Pablo Carrizo, Mariano Pavone, Matías Almeyda (se retiraría del fútbol), Paulo Ferrari, Diego Buonanotte, Carlos Arano, Alexis Ferrero, Leandro Caruso, Josepmir Ballón, entre otros.
Así está River hoy, con el alma desolada. No pudiendo aceptar que tendrá que jugar ante Desamparados de San Juan, Brown de Madryn y Atlanta. Pero con una certeza: hoy es su primer día en la B. En la B Nacional.
Fuente: TN