La fisioterapia bajó un 95% la internación por bronquiolitis

Candela tiene 2 años. Está acostada boca arriba, muy relajada, mientras una kinesióloga le hace masajes de estimulación diafragmática para que sus pulmones reciban más oxígeno. Su mamá, Silvana Romero, la mira, le sonríe y le agarra su pequeña mano.

Desde hace 30 días en el Hospital de Niños funciona el Servicio de fisioterapia respiratoria, que se encarga de atender a todos los niños que ingresan con cuadros de bronquiolitis u otra afección respiratoria. Son ocho kinesiólogos y un coordinador que con la terapia manual y otros aparatos han logrado disminuir un 95% las internaciones. «Los niños ingresan e inmediatamente van a lo que se llama rescate inicial que dura una o dos horas, luego el médico evalúa si debe quedar internado o no», explicó Fabián Juárez, kinesiólogo y coordinador de esa área.

En caso de que no sea necesaria la internación, entonces, la mamá recibe una capacitación rápida sobre los signos de alarma (agitación, hundimiento de costillas, fiebre y dificultad para dormir y comer) y la manera en la que debe administrar los medicamentos. Para completar la terapia debe volver todos los días, durante una semana. «Con el control diario se evita el desarraigo que significa la internación y la posibilidad de que se infecte. Es importante destacar que con este servicio tampoco hay reingresos», indicó Noemí Díaz, médica y jefa del Servicio de hidratación y terapia abreviada de patología y prevalentes del hospital.

Orgullosa, señaló que mientras el niño está internado se le da alimentación también a la mamá, y pañales. «Una vez que se les da el alta reciben todos los medicamentos para completar el tratamiento y hasta la aerocámara y el salbutamol», agregó.

Por día el servicio controla y atiende unos 100 niños; algunos vienen a la terapia ambulatoria y otros ingresan al rescate inicial. A su vez, diariamente ingresan al Servicio de Internación Abreviada unos 60 pacientes con cuadros respiratorios, número que para la época -explicó Díaz- es normal. «Actualmente, se mantiene ocupada la totalidad de las dos salas (16 cunas en una y seis en la otra, más 20 sillas para el servicio ambulatorio), pero tenemos ocho altas diarias que permiten la internación de los que ingresan», agregó.

Juárez remarcó que no se practican terapias que resultan crueles para los niños, sino masajes suaves, vibros de alta frecuencia, aerosoles y oxígeno, entre otros aparatos. Algunos sirven para expectorar la flema, otros para despegarla de las paredes del pulmón y también para ayudar a que el oxígeno ingrese con más facilidad. Un servicio que los especialistas catalogaron como «cinco estrellas».
Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/