La alumna que lideró el ataque contra su compañera insultándola por su condición de paraguaya aún no volvió al colegio. Las autoridades quieren «bajar el nivel de tensión».
Tras la repercusión que cobró el violento ataque contra una nena de 13 años por parte de sus compañeritos de un colegio del barrio Jardín dado a conocer en exclusiva por Trama Urbana, las autoridades escolares explicaron ayer que la principal acusada de la agresión “aún no volvió a clases”, que han procurado -sin éxito- tomar contacto con ella y su familia, y que tienen previsto organizar talleres en la institución para abordar la problemática de la xenofobia y el racismo.
Como se informó en la edición anterior, la víctima de esta historia se llama Fátima y llegó a la Argentina desde su país natal, Paraguay, a principios de este año, para vivir con su abuela y sus tíos. Su familia -que vive en Villa Ponsati- la inscribió en la Escuela 125, ubicada en 116 y 82, y cuentan que desde un primer momento otra alumna de sexto grado “comenzó a molestarla e insultarla por ser paraguaya”, le decía “sucia, volvé a tu país” y hasta llegó a cortarle mechones de pelo. Pero lo más grave sucedió hace exactamente una semana, cuando la pequeña salió de la escuela y caminó hasta la parada de 118 y 82 para tomar el micro Este, sitio donde la rodearon su compañera y cuatro alumnos varones de entre 11 y 13 años, quienes concurren al mismo colegio, aunque a distintos cursos.
“Alguien dijo andá a pegarle a la paraguaya, contó Fátima, y “me empujaron a la calle”. Según su relato, “justo venía un micro, pero el chofer paró, yo volví a la vereda y el colectivo siguió. Ahí me empezaron a pegar, a tirarme del pelo y me caí al piso. Entonces me patearon”.
Los agresores se fueron minutos después en otro micro y la nena fue asistida por una amiguita que la llevó a su casa, llamó a su abuela y ésta la llevó al colegio, desde donde le recomendaron acudir a una salita del barrio. Allí convocaron la ambulancia que la trasladó al Hospital de Niños. A Fátima le hicieron estudios y le colocaron un cuello ortopédico.
“Lo primero que trata de hacer la escuela en estos casos es indagar sobre las causales que llevan a esta situación. Desde la dirección y el equipo dependiente del área de psicología se acercaron a la casa de la alumna que presuntamente participó en la gresca para indagar en los motivos, no obstante entendemos que se trata de situaciones de racismo y xenofonia, por lo que ya tenemos decido plantear un taller donde se aborden el respeto por las diferencias”, explicó en declaraciones periodísticos Nelson Herrera, asesor de inspección de la Regional I de la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense. Si bien en un principio trascendió que a la alumna acusada de la agresión se le habían impuesto tres días de suspensión, el funcionario aclaró que todavía no se tomó ninguna medida porque la menor no regresó al colegio y tampoco se pudo tomar contacto con la familia.
No obstante, destacó que la idea es “bajar el nivel de tensión y garantizar la trayectoria de ella y de todos”.
Fuente: Diario hoy