Fue en Altos de San Lorenzo. Según tres testigos, la víctima intentó escapar en bicicleta, pero los acusados la persiguieron en moto y le dispararon por la espalda. El menor tiene 16 años.
No está muy claro el motivo de la disputa, pero sí que aquellos dos hombres que se convirtieron en víctima y victimario la mantenían desde hace un buen tiempo.
A este último se le habría sumado su hijo menor de edad, y, ahora, ambos están detenidos por el asesinato a tiros de su vecino. Sucedió cuando faltaban poquitos minutos para el viernes y fue una madrugada ciertamente movida en esa zona de Altos de San Lorenzo donde se produjo
el crimen, ya que los familiares del fallecido apedrearon y quisieron prender fuego la casa de los acusados. Con no poco esfuerzo, la Policía pudo aquietar las aguas y trasladar al padre y al hijo a la comisaría, informaron fuentes del caso.
El hecho sucedió a las 23.50 del jueves pasado, en 78 entre 18 y 19. Alguien llamó al 911 para avisar que había un joven tirado en la calle, con una herida de bala. Un patrullero de la comisaría Octava fue al lugar, pero casi al mismo tiempo dos vecinos del barrio cargaron a la víctima en un coche particular y la llevaron al hospital San Martín, donde ingresó inconsciente y casi sin signos vitales.
Los médicos trataron de reanimarlo durante varios minutos. Fue en vano. Se llamaba Carlos Rodríguez, tenía 24 años y el impacto de un proyectil que le perforó la espalda y no salió. Ayer a la tarde los médicos lo recuperaron en la operación de autopsia: es del calibre 32.
Mientras tanto, los detectives del Gabinete de Homicidios de la DDI La Plata se presentaron en la escena para empezar a tomar distintos testimonios. Uno de los más importantes fue el que brindó la madre de Rodríguez, Gerónima Saborido, una mujer uruguaya de 46 años que aseguró estar al tanto de una vieja disputa que su hijo mantenía con un hombre apodado “el boxeador”, a quien identificó y dijo dónde vivía: 78 y 19, es decir, en la cuadra donde ocurrió el crimen.
Para entonces, los ánimos estaban caldeados en el barrio. “Familiares y amigos del fallecido quisieron hacer justicia por mano propia”, explicó una fuente de la investigación, al
describir la lluvia de piedras que estas personas descargaron sobre la casa del -hasta ese momento- único acusado. También quisieron prenderla fuego, hasta que los policías los
convencieron de que sólo iban a complicar más las cosas y desistieron de la revancha.
Los pesquisas de la DDI identificaron al sospechoso, de 35 años, y lo trasladaron a la comisaría Octava para aclarar el caso, pero en ese momento aparecieron tres testigos presenciales que terminaron por comprometerlo, igual que a su hijo de 16 años. Declararon haber visto a Rodríguez pasar raudamente en su bicicleta por la calle 78, de 20 a 18, perseguido de cerca por una moto en la que iban el “boxeador” y su hijo adolescente, “ambos armados y disparando contra la víctima”, según figura en la causa. Con esos elementos, ambos quedaron a disposición de la fiscal del Fuero
de Responsabilidad Penal Juvenil, Mercedes Catani, por haber un menor involucrado.
Una rivalidad de “antigua data”
El cuerpo de Carlos Rodríguez fue sometido a una autopsia ayer a la tarde. Los peritos recuperaron la bala que le causó la muerte y determinaron que era del calibre 32. Los policías que trabajaron en el caso buscaron las armas que los testigos refirieron haber visto en manos del acusado y su hijo, pero no encontraron ninguna. En cuanto al móvil del ataque, una alta fuente de la investigación lo adjudicó a una rivalidad vecinal “de larga data” y recordó que “una mujer vinculada sentimentalmente a Rodríguez estuvo acusada de matar a una familiar del boxeador hace ya muchos años”.
La víctima vivía en 23 y 78 bis, a pocas cuadras de donde lo mataron y residían los imputados. En la foto, la escena.
Fuente: diariohoy.net