El 14 de agosto se llevarán a cabo las elecciones primarias, donde se definirán los candidatos presidenciales. ¿Hasta qué punto se justifican estos comicios? La visión de los jefes comunales de Neuquén y Río Negro.
El 2011 es un año electoral, con todo lo que de madurez democrática conlleva esa definición. Es un año en el que la Argentina comienza a definir su rumbo definitivo. Afianzar un modelo económico, político y social que viene forjándose desde 2003 o dar un golpe de timón e implementar estrategias, recetas y acciones diferentes a las del modelo kirchnerista.
El debate comienza cuando surgen preguntas como si es necesario llevar adelante las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), si no terminarán por generar sólo un gasto económico y, por sobre todo, cuál es su verdadera finalidad, teniendo en cuenta que la mayoría de los partidos ya han definido a su candidato.
Este último punto fue muy cuestionado por parte del GEN, a través de su líder Margarita Stolbizer, quien durante la última semana insistió con su reclamo de suspender estos comicios porque “no sirven de nada”. Stolbizer fundamentó mediante un comunicado desde Francia que “no hay información ni interés. Y la elección es inútil porque nada se va a resolver ese día”. Y que “un llamado a la racionalidad indica que esa elección debería ser levantada y cambiar el calendario electoral para ir directamente a octubre”.
Este año las elecciones comenzaron en Catamarca, con el triunfo K en manos de Lucía Corpacci. Luego Chubut inauguró el acto electoral en la Patagonia. Aunque el fraude empañó la contienda y aún la provincia de Das Neves continúa sin gobernador electo hasta el 29 de mayo, cuando los electores correspondientes vayan a sufragar en las urnas en las que se presentaron irregularidades. Estas provincias no tendrán primarias.
La oposición no parece tener una tarea fácil, todas las encuestas presidenciales le dan al Gobierno nacional una ventaja que, de definirse la candidatura de Cristina, podría terminar de afianzarse. Por otro lado, la falta de una definición parece ser una estrategia que no le sienta mal al kirchnerismo y que ya puso en práctica otras veces, como en las elecciones de 2007, donde hasta último momento no se supo si Néstor Kirchner iba a ir por la reelección o si la actual mandataria lo sucedería en el cargo.
¿Qué son las primarias?
Si bien pareciera que todo está muy claro en relación al sentido que tienen estos comicios, la pregunta que surge es, si la mayoría de los partidos presentan un solo candidato, ¿se justifica el aparato electoral puesto en marcha para lo que parecería ser una antesala de los resultados definitivos?
Algunos intendentes consultados por La Tecla Patagonia prefirieron no emitir una opinión, señalando “no estar muy en tema” o aclarando “no tener una opinión formada al respecto”. Lo cierto es que a pocas semanas de que se lleven a cabo, muchos ciudadanos van cayendo en la cuenta de que se trata de elecciones obligatorias. Si bien la Cámara Nacional Electoral difundió videos que explican qué se elige y cómo se vota, la falta de comunicación se refleja en el desconocimiento y el malestar de muchos votantes.
Se trata de una elección que se llevará a cabo por primera vez en el país, el 14 de agosto próximo. Será la antesala de las elecciones generales del 23 de octubre donde se elegirá al Presidente, Vicepresidente, senadores y diputados nacionales. Estas internas no son partidarias. Sino que se trata de un mecanismo de preselección de los aspirantes a participar en las presidenciales. Son comicios abiertos, simultáneos y obligatorios. Deben concurrir a las urnas todos los ciudadanos habilitados para hacerlo, más allá de que se esté o no afiliado a un partido. Se elige el candidato que cada agrupación política presentará en octubre. El cual deberá conseguir en las primarias un piso de 1,5% de los votos.
Los candidatos
Ya comienzan a vislumbrarse quienes aspiran a ocupar el sillón de Rivadavia. Las encuestas dejaron a varios en el camino, el poder de la opinión pública es fundamental en este momento. La reinstalación, quizás mediática, del discurso político sobre la participación de los jóvenes, las discusiones sobre el rol del Estado en la economía nacional, ofrecen un contexto social diferente al de otras elecciones.
Algunas encuestas reflejan a un electorado más informado sobre los candidatos. El pasado de la mayoría de los aspirantes que se presentan en las internas no es desconocido. La presencia de un electorado más crítico pone en la disyuntiva a los candidatos. Como por ejemplo en sus estrategias de marketing para convencer al ciudadano, arriesgándose a una eventual derrota, pero buscan posicionarse como principal oposición.
Dentro del oficialismo nacional, el hermetismo es total, si bien desde todos sus sectores reina el optimismo con la eventual candidatura de Cristina, nadie se anima a asegurarla más allá de los deseos personales de su entorno. Todo parece indicar que la actual mandataria no va a desperdiciar un momento en el que las encuestas la dan por ganadora después de 4 años de gestión. La muerte de Néstor Kirchner terminó de impulsarla en las encuestas, un hecho que hace 3 años atrás parecía imposible. Pero también la política social del Gobierno, las decisiones financieras y el enfrentamiento con grupos económicos, parecen tener aceptación en parte del electorado. Sumado a que la oposición parece allanarle el camino al kirchnerismo todos los días. La falta de una definición de candidatos, de propuestas, de modelo, es algo que los votantes ven con desconfianza.
El “papelón”, así autodefinido, que realizaron Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde en las internas del PJ Federal, fue parte de esa estructura endeble que convierte en dispersa a la oposición. El Gobernador puntano terminará presentándose finalmente por el PJ Federal, mientras que Eduardo Duhalde lo hará por Unión Popular.
Las candidaturas de Macri y Pino Solanas bajando toda su conyuntura nacional a competir por una intendencia, parecen demostrar las pocas convicciones con que planeaban su candidatura presidencial. En tanto que Ricardo Alfonsín parece el candidato opositor más firme, pero las últimas alianzas con De Narváez generaron una discusión interna que podría traerle tantos beneficios como dolores de cabeza.
Más allá del debate, esta nueva modalidad para el país, como son las internas primarias, permitirán vislumbrar más lo que hoy sólo se refleja en las encuestas. Podrá, en tal caso, afianzar los números que favorecen al Gobierno o achicar las diferencias con la oposición que se mantiene en su búsqueda de una estrategia fuerte y convincente. Sólo resta esperar si la concurrencia a las urnas el 14 de agosto resulta ser la esperada.
Autor de Nota: Revista La Tecla Patagonia