Le dio varias puñaladas en la cara y el abdomen. La joven, de 18 años, lo quiso hacer pasar por un suicidio. Fue detenida.
María Coria, de 52 años, vivía en una casa de la localidad bonaerense de Bella Vista, partido de San Miguel. Cuando su hija Giselle quedó embarazada, le construyó un departamento en el fondo de la propiedad para que pudiera tener independencia con su beba. En ese lugar, ayer a las 6, María y su hija de 18 años tuvieron una fuerte discusión. En medio de un ataque de ira, tomó de la cocina un cuchillo Tramontina, mató a su madre de varias puñaladas en la cara y el abdomen, arrastró el cuerpo hasta una pieza en construcción y limpió la escena del crimen. Fue detenida.
El intenso griterió que provocó la pelea no alcanzó para llamar la atención de Sergio, el hermano de Giselle, que dormía adelante. Consumado el crimen, todo quedó en silencio hasta las 9, cuando la joven salió y comenzó a gritar “mamá se suicidó”, en estado de shock.
Los vecinos se comunicaron rápidamente con el 911. Ante la llegada de los efectivos al domicilio, en Vespucio al 900, Giselle se quebró y confesó. Los investigadores creen que el crimen ocurrió en el marco de una discusión entre ambas mujeres de la que no participó ninguna otra persona. La hija era la única presente en el lugar al momento del homicidio y no habría otros familiares implicados.
Vecinos y agentes de la fuerza explicaron que la sospechosa sería una “chica normal”. No padecía ninguna adicción ni trastornos psiquiátricos, por lo que no pueden atribuírle su reacción a una “personalidad violenta”.
Durante el trabajo en la escena del crimen, los policías secuestraron el cuchillo que se sospecha fue utilizado en el homicidio. La acusada quedó detenida a disposición del personal de la Unidad Funcional de Instrucción 23 descentralizada de Malvinas Argentinas.
Fuente: La Razón