El secretario general de Smata Rosario, Marcelo Barros, alertó ayer sobre las consecuencias que las medidas proteccionistas tomadas por Brasil —que suspendió la entrada de autos argentinos a ese país— podrían tener a nivel regional en la planta de General Motors.
“Si esto sigue así en 20 o 30 días habrá problemas, porque se siguen fabricando unidades que no se exportan”, aseguró el gremialista, quien subrayó que cuando se acabe el lugar físico para stockear autos en la planta de la automotriz en Alvear comenzarán a aplicar recortes que pueden afectar a los trabajadores.
“En estos casos primero se eliminan las horas extras, y después se recorta la semana laboral en un día, todas medidas que podrían afectar de una forma u otra a las 7 mil personas que trabajan para la multinacional”, dijo Barros, para quien es fundamental que los trabajadores de GM en Brasil presionen al gobierno de ese país para que revea su postura.
Por el lado empresarial Carlos Bertone, presidente de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), admitió que existe cierta preocupación ya que “a nadie le gusta tener 3.000 autos parados en la frontera”, aunque le sacó dramatismo a la situación al compararla con “una pelea de hermanos” que, confió, se resolverá en un plazo muy breve.
Fuente: lacapital.com.ar