Las mujeres viven más que los hombres en Argentina

Desde el comienzo de la historia, las mujeres tienen mayor esperanza de vida que los hombres. En la Argentina el promedio de vida es de 75 años, y las mujeres viven siete años más que los hombres. Los números de una realidad incontrastable y los motivos que llevan a este estado de situación.
A lo largo de los años ha habido una realidad que se ha mantenido inalterable, y esa es que las mujeres han vivido y viven más que los hombres. Esta situación no se da sólo en los seres humanos, sino que también se da en la mayoría de los mamíferos, donde las hembras son las que tienen una mayor esperanza de vida que los hombres.

Según los expertos algunas de las causas a las que se llega a esta situación, es que las mujeres tienden a fumar menos, beber menos, tomar menos drogas, conducir de forma menos agresiva y emplear menos la violencia que los hombres, lo que las lleva a tener una vida más saludable y con menos problemas que los hombres.

Los trabajos realizados por los organismos internacionales arrojan que la esperanza de vida a los 65 años a nivel mundial, muestra una diferencia entre los países en vías de desarrollo y los desarrollados, en torno a 15 y 19 años respectivamente, aunque la Argentina en este caso está más cerca de los países del primer mundo que de los subdesarrollados.

Según datos brindados por el propio Indec, se puede deducir que por primera vez en Argentina, se ve que las mujeres de bajos recursos que siempre estuvieron en condiciones de desventaja y llevado una vida llena de privaciones debido a su situación económica personal y familiar, han podido llegar a niveles de vida nunca antes conocidos. Igualmente esto no significa que la pobreza extrema no tenga nada que ver en vivir más que antes, porque las mujeres de niveles sociales más altos siguen viviendo más que aquellas que viven en el estrato social más bajo de la sociedad.

Pero a pesar de todo esto, las diferencias en la etapa más productiva de la vida, la mujer sigue teniendo mayores perjuicios, prejuicios y discriminaciones que el hombre. Las estadísticas oficiales muestran que las mujeres que trabajan ganan un 14,2% menos que los varones, teniendo la misma edad y el mismo nivel de educación. La brecha es algo menor que la detectada como promedio de varios países de América Latina, donde ese índice es del 17,2 por ciento.

Con el correr de los años, las diferencias de esperanza de vida al nacer entre varones y mujeres se ha estrechado, hasta llegar a ser hoy en día de 7,5 años entre hombres y mujeres. Hay distritos de la Argentina donde esa brecha es mayor o menor, siendo el de mayor distancia en la extensión de vida la provincia de Entre Ríos con una diferencia de 8,4 años, y la menor la provincia de Córdoba con 4,1 años.

Las provincias tienen mayor o menor brecha en la diferencia entre la esperanza de vida entre mujeres y hombres. A Entre Ríos le siguen Buenos Aires, Santa Fe y La Pampa con 8 años; la ciudad de Buenos Aires, Santa Cruz y Jujuy con 7,6 años; Corrientes con 7,5 años; Tucumán con 7,4 años; Salta con 7 años; Chaco con 6,6 años; Mendoza con 6,5 años; Misiones, Catamarca y San Luis con 6,3 años; Santiago del Estero con 6 años; La Rioja con 5,9; Formosa 5,8; Río Negro 5,6; Tierra del Fuego 5,1; Chubut 5; San Juan 4,8; y Córdoba 4,1.

Un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), asegura que dado que las mujeres suelen vivir en promedio entre seis y ocho años más que los hombres, representan una proporción creciente de la población de mayor edad. Las sociedades tienen que prepararse ya para abordar los problemas de salud y los costos asociados con la tercera edad y prever los grandes cambios sociales que se producirán en la organización del trabajo, la familia y el apoyo social.

Desde la misma OMS se señala que en el año la esperanza de vida al nacer de las mujeres era de más de 80 años en 35 países, pero tan sólo de 54 años en la Región de África. A nivel mundial, en 2007 el 55% de los adultos de 60 años o más eran mujeres, y entre los de 70 años o más la cifra correspondiente era del 58%.

Las enfermedades crónicas, en especial las cardiovasculares y la EPOC , son la causa del 45% de las muertes de mujeres de 60 años o más. Otro 15% de esas muertes se debe al cáncer, sobre todo de mama, pulmón y colon. La mayoría de los problemas de salud de las mujeres de edad avanzada están relacionados con factores de riesgo que aparecen en la adolescencia y la edad adulta, como el consumo de tabaco, el sedentarismo y las dietas malsanas. Otros problemas de salud debilitantes de las mujeres de edad avanzada son la pérdida de visión (en particular por cataratas) y audición, la artritis, la depresión y la demencia.

En nuestro país la esperanza de vida promedio es de 75 años, aunque la misma varía de acuerdo a la jurisdicción que se tome, ya que por ejemplo la Capital es el territorio con mayor longevidad, llegando a los 76 años; seguido por Neuquén, Mendoza, Córdoba, Tierra del Fuego y La Pampa con 75; Santa Fe, San Luis, Entre Ríos, Buenos Aires y Río Negro con 74; San Juan y Catamarca con 73,5; Santa Cruz y Misiones con 73; La Rioja , Jujuy y Tucumán con 72,5; Chubut, Corrientes y Salta con 72; Santiago del Estero con 71,5; Formosa con 70,8; y Chaco con 70.

En Latinoamérica, las chilenas son las mujeres con mayor esperanza de vida (81 años), seguidas de Costa Rica (80), Uruguay (79), Argentina, Panamá, Venezuela (78), México (77), Paraguay (76), Brasil, Ecuador (75), El Salvador, Perú (74), República Dominicana (72), Guatemala (71), Honduras (70), Bolivia (67) y Haití (56).

Este índice supera al de la década del ’90, que decía que la población argentina tenía una esperanza de vida de 71 años, es decir, cuatro años menos que ahora: por otra parte, que las argentinas tengan una esperanza de vida de 78 años, también quiere decir que es mayor que en la década donde imperó el neoliberalismo, donde la esperanza de vida trepaba a los 74 años.

Los expertos coinciden en que las mujeres tienen una ventaja biológica frente a los hombres, que les permite tener un mejor sistema inmunológico. La adopción de conductas de riesgo consideradas tradicionalmente vetadas a su género y puramente masculinas por parte de las mujeres; hacen esperar que las diferencias se vayan acortando con el paso de los años, hasta llegar a equipararse.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el «envejecimiento activo» (o positivo) como «el proceso por el que se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez». Ojala que la población tome conciencia de esto, y deje de tratar a los mayores como seres inútiles, relacionados a la enfermedad, la dependencia y la falta de productividad. Si se sigue ignorando esto, se seguirá dejando de lado la experiencia y sabiduría que tanto se necesita en épocas de crisis.
Fuente: www.agenciacna.com