ISLAMABAD (Reuters) – Al Qaeda confirmó el viernes la muerte de Osama bin Laden, despejando las dudas de algunos musulmanes sobre la caída del líder militante en un operativo estadounidense, y prometió más ataques contra Occidente.
El anuncio de la red islamista, que prometió difundir pronto una cinta de audio grabada por bin Laden una semana antes de su muerte, parecía querer mostrar a sus simpatizantes que el grupo sobrevivió a la muerte de su ideólogo.
En un comunicado publicado en internet, Al Qaeda declaró que la sangre de su líder «es demasiado valiosa para nosotros y para todos los musulmanes como para ser derramada en vano».
«(La sangre de bin Laden) permanecerá, con permiso de Alá Todopoderoso, como una maldición que persigue a los estadounidenses y a sus agentes, y va detrás de ellos dentro y fuera de sus países», agregó.
La red militante también instó a los pakistaníes a levantarse contra su Gobierno para «limpiar» el país de lo que llamó la vergüenza producida por la muerte de bin Laden en suelo pakistaní.
«Antes de que el jeque deje este mundo y antes de que podamos compartirlo con la nación islámica en su alegría por sus revoluciones frente a los opresores, él (bin Laden) hizo una grabación de voz de felicitación y consejo que publicaremos pronto, si Dios quiere», dijo el grupo militante.
«Advertimos a los estadounidenses que no dañen el cuerpo del jeque o lo expongan a algún tratamiento indecente, ni que agredan a algún miembro de su familia, vivo o muerto, y que entreguen los cuerpos a sus familias», añadió.
Algunos en el mundo musulmán expresaron dudas sobre la muerte de bin Laden.
Un sondeo conducido entre 1.000 personas en Pakistán esta semana por YouGov, un organización basada en Gran Bretaña, halló que un 66 por ciento no creía que la persona asesinada por el comando estadounidense fuera bin Laden.
En tanto, el resentimiento y las sospechas persistían entre Washington y Islamabad tras el operativo en Abbottabad, a 50 kilómetros al norte de Islamabad.
Un avión no tripulado estadounidense mató a 17 personas en el noroeste de Pakistán, pese a las advertencias del Ejército pakistaní contra una escalada de los ataques dentro de sus fronteras.
Alrededor de 1.500 islamistas se movilizaron en la ciudad de Quetta, en el sudoeste, para prometer represalias por la muerte de bin Laden y hubo pequeñas protestas en otras regiones de Pakistán.
Talibanes afganos y jóvenes islamistas indonesios lanzaron amenazas similares.
«CINCO AÑOS» EN EL COMPLEJO
Una de las esposas de bin Laden, Amal Ahmed Abdulfattah, dijo a los interrogadores pakistaníes que el líder de Al Qaeda había vivido durante cinco años en el complejo en el que fue asesinado por las fuerzas estadounidenses, indicó un funcionario de seguridad pakistaní.
La revelación seguramente aumentará las sospechas de Washington de que las autoridades pakistaníes fueron muy incompetentes o mantuvieron un doble juego en la caza de bin Laden y la supuesta alianza de ambos países contra el islamismo violento.
Las fuerzas de seguridad pakistaníes se llevaron a entre 15 y 16 personas en custodia del complejo en Abbottabad después de que las fuerzas estadounidenses extrajeron el cuerpo de bin Laden, dijo un funcionario. Entre los detenidos se encontraban sus tres esposas y varios niños.
En Washington un funcionario que la inteligencia estadounidense vigiló el escondite de bin Laden en Abbottabad antes de la acción comando.
Funcionarios estadounidenses dijeron también que entre los materiales encontrados en la residencia de bin Laden había ciertas evidencias que indicaban que Al Qaeda consideró atacar el sistema de ferrocarriles de Estados Unidos con ocasión del 10 aniversario de los ataques del 11 de septiembre del 2001.
En el Congreso estadounidense está creciendo la presión para suspender o al menos revisar la ayuda a Pakistán. El representante republicano Ted Poe presentó un proyecto de ley para prohibir la entrega de más ayuda hasta que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, pueda comprobar que Pakistán no conocía el paradero de bin Laden.
En tanto, el Ejército pakistaní amenazó el jueves con detener la cooperación con Estados Unidos si este conduce otro ataque unilateral.
No está claro si ese tipo de ataques incluyen los realizados por los aviones no tripulados que Estados Unidos usa contra los militantes en la frontera de Afganistán y Pakistán.
Funcionarios pakistaníes de seguridad han dicho que los comandos estadounidenses mataron a sangre fría al líder de Al Qaeda, que estaba desarmado y no opuso resistencia, como la Casa Blanca dijo inicialmente.
En medio de diferentes relatos sobre la intensidad de la resistencia que encontraron los comandos SEAL, un funcionario pakistaní de seguridad dijo que Estados Unidos debería divulgar los videos que seguramente tiene del operativo.
Investigadores de derechos humanos de la ONU pidieron el viernes a Estados Unidos que revele todos los datos relacionados con la muerte de bin Laden para permitir «una evaluación en términos de los estándares de las leyes internacionales de derechos humanos».
«Será de suma importancia saber si la planificación de la misión incluyó un esfuerzo por capturar a bin Laden», dijeron Christof Heyns y Martin Scheinin en un comunicado conjunto.
POCOS REPAROS
El Ejército pakistaní también señaló el jueves que había decidido reducir la presencia militar estadounidense en el país.
En Washington, el portavoz del Pentágono coronel David Lapan dijo que el Departamento de Defensa no había recibido ninguna orden de Islamabad para modificar el tamaño del contingente militar en Pakistán.
Lapan indicó que hay poco menos de 300 miembros del Ejército estadounidense en Pakistán, muchos de los cuales son instructores.
Pocos estadounidenses parecen tener reparos sobre cómo bin Laden fue abatido y una multitud de personas vitoreó el jueves al presidente Barack Obama durante una visita a la Zona Cero de Nueva York, para ofrecer consuelo a una ciudad donde aún no cicatrizaron las heridas del 11 de septiembre del 2001.
Tratando de reparar los vínculos con Pakistán, Clinton dijo que Washington estaba todavía interesado en mantener su alianza con Islamabad.
(Reporte adicional de Redacción Mundial Reuters; Escrito por Miral Fahmy. Editado en español por Carlos Aliaga y Juana Casas)