La Policía Bonaerense detuvo a siete personas, en Capital y en las localidades bonaerenses de Ezeiza y Tristán Suárez, acusados de formar una banda de sicarios que habría secuestrado y asesinado a dos empresarios paraguayos de la construcción.
Fuentes policiales confirmaron que los detenidos fueron identificados como Nelson Efraín Castillo, de 42 años; Marco Rodolfo Castillo, de 41; Gustavo Adrián Becker y Norma Cabrera, de 36; Daniel Vicente, Miguel Alberto Sabatino y Luis Alberto Pérez, de 65.
Aún hay dos hermanos prófugos, sospechados de ser quienes habrían contratado a la banda, se trata de Reinaldo Rodrigo Pérez y Jorge Rafael Pérez.
En los operativos se incautaron cinco armas, municiones, cuatro autos y 18 teléfonos celulares, explicaron los voceros.
Según la investigación que lleva adelante el fiscal federal de San Martín Jorge Sica, los detenidos están sospechados de conformar una banda que habría perpetrado secuestros, “aprietes” y homicidios por encargo.
Se investiga si participaron en los secuestros y posteriores asesinatos de los constructores Domingo Irala Guzmán Fariña, el 19 de octubre de 2009, y Adalides Silva Romero, el 20 de noviembre de ese año.
A Guzmán Fariña lo asesinaron de un tiro en el partido bonaerense de Lomas de Zamora, mientras que Romero fue secuestrado y trasladado a un costado del puente Zárate-Brazo Largo, donde lo ejecutaron de un disparo en la cabeza.
Según los investigadores, se investiga si el grupo habría sido contratado para ambos hechos por los hermanos Pérez, que también se dedicaban a la construcción y habían perdido una licitación para realizar importantes obras en el barrio “Nordelta”, por lo que querían vengarse.
Los investigadores también sospechan que los siete detenidos podrían haber sido los autores del secuestro, el 5 de junio de 2010, del dirigente del partido macrista PRO del norte bonaerense y corredor de Turismo Carreta Sebastián Abella.
El jefe de Investigaciones de la Bonaerense, comisario Castronuovo, confirmó las pesquisas y las sospechas que pesan sobre los detenidos y los prófugos.
Fuente: LA Razón