Palermo y otro golazo para mantener la costumbre

El optimista del gol, de acuerdo con la inmejorable definición de Carlos Bianchi sobre Martín Palermo, sigue demostrando que, para él, la definición es una materia sin secretos.

Anoche se reencontró con la red del arco que apunta a Casa Amarilla. Anoche, como tantas veces, resolvió del modo menos pensado para todos, excepto para él. El centro bajo de Mouche partió desde la derecha, el Titán – en el aire- anticipó a Eduardo Tuzzio y cruzando el taco del botín derecho por detrás del izquierdo vulneró a un Hilario Navarro que recién entendió lo sucedido cuando la pelota llegó a la red y la ovación de la popular se le cayó encima.

A pesar de que su retiro ya tiene fecha de vencimiento (será a la finalización del presente Clausura), Palermo ha vuelto a extender su romance con el gol. Vitaminizado tras la conversión en la cancha de Huracán, cuando el domingo pasado quebró una sequía de 10 fechas, Independiente volvió a sufrirlo como ha sido una norma durante toda su carrera. Es que Palermo castigó al Diablo con apenas 1 tanto en 5 partidos en Estudiantes. Sin embargo, cuando se puso la casaca azul y oro, no cabe la mínima duda de que siempre tuvo el arco del Rojo entre ceja y ceja: festejó 9 goles en 17 partidos.

Cuenta la increíble historia de este goleador de raza que el 18 de diciembre de 2005, en la final de la Copa Sudamericana, a Los Pumas de México, concretó algo idéntico. En aquella oportunidad, con el mismo gesto técnico de cruzar un taco detrás del otro, conectó un centro con mucha rosca lanzado por Federico Insúa.

Cuando anoche fue reemplazado en el minuto 24 por Lucas Viatri, el pueblo boquense le dedicó otra despedida apoteótica. Es probable que a muchos los rija el corazón y al resto sea gobernado por los recuerdos. Para todos, en cambio, Martín Palermo fue, es y será sinónimo de gol y eso lo convertirá en leyenda.

Como nunca dejó de a pie nadie, Palermo también empezó a pagar los intereses por el crédito que en las malas le extendió Julio César Falcioni. Un par de goles seguidos y la mira que parece calibrada para cuando en un par de fechas se plante frente a River para jugar el último Superclásico de su vida. Para llegar a ese otro momento supremo de su trayectoria deberá cuidarse frente a Argentinos Juniors, en la próxima fecha, de no sumar la quinta tarjeta amarilla

Fuente: Clarín