El ex secretario de Transporte se trasladaba en lujosos vehículos que pertenecían a dos empresas que debía controlar, Vial 3 -ahora de Electroingeniería- y Gyhb SA. Estos estaban catalogados por el Ministerio de Planificación como «autos oficiales».
Los lujosos autos que usaba como propios el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime -hoy investigado por la Justicia por enriquecimiento ilícito- podría complicar al ministro de Planificacción, Julio de Vido.
Los vehículos están a nombre de dos empresas con relación directa con la cartera de De Vido. Según pudo establecerse, el ex secretario usó esos automóviles, que estaban identificados como «auto oficial», porque así le fueron asignados desde el ministerio, informó el diario La Nación. Sin embargo, habían sido entregados por dos empresas contratistas para ser usados en la inspección de las obras contratadas por el ministerio, pero terminaron sirviendo de transporte a funcionarios.
El origen de cada uno de ellos podría llevar a las puertas de De Vido y Uberti. Uno de los autos investigados es un Honda Civic EX, dominio EHD 765, patentado a principios de 2004, que inmediatamente empezó a llevar y traer funcionarios. Ese auto está a nombre de Vial 3, una concesionaria vial que tenía la explotación de la autopista Buenos Aires-Rosario. La empresa, que ganó la concesión en octubre de 2003, a cinco meses de que Néstor Kirchner asumiera como presidente, estaba obligada por contrato a entregar autos al Estado para «efectuar la inspección de la concesión», según establece el pliego. Pero los concesionarios recibieron, entonces, llamadas que los sorprendieron: desde el Organo de Control de las Concesiones Viales (Occovi), Uberti les requería que algunos de esos autos de inspección fueran algo más lujosos. Los concesionarios cumplieron.
Los «autos oficiales»
Vial 3, empresa que fue comprada por Electroingeniería en 2008, entregó 12 autos entre utilitarios y autos de lujo. Tres Honda Civic, el EHD 765 y dos dominios correlativos, fueron comprados y patentados en enero de 2004 y puestos a disposición del Occovi. Uberti los entregó al Ministerio de Planificación, y mediante una resolución ministerial fueron afectados al traslado de Ricardo Jaime. Pese a la gran cantidad de funciones que tuvo en su momento el secretario de Transporte, jamás trascendió que hubiera sido uno de los encargados de inspeccionar la traza de la concesión, tarea que se realizó en los utilitarios y autos de menor confort que entregó Vial 3.
«La empresa entregó los vehículos que decía el pliego y eran para inspeccionar la concesión. Esos vehículos todavía están en poder del Estado. Supongo que deberán ser devueltos ahora que terminó la concesión», dijo a LA NACION Carlos Bergoglio, director de Relaciones Institucionales de Electroingeniería, empresa que en 2008 compró a Vial 3. Bergoglio confirmó que fueron entregados 13 autos.
Por estos días, la Justicia intenta saber por qué esos autos eran utilizados por Jaime. Personas del entorno del ex funcionario sostienen que existió una resolución ministerial que afectó ese vehículo al traslado del entonces secretario. Pero entre los hombres de De Vido, la Justicia y el entorno de Jaime se juega al «gran bonete» con las resoluciones.
El pedido de autos para la inspección de las obras públicas es una constante en el poco transparente mundo de las licitaciones públicas argentinas. Sin embargo, la solicitud de autos de lujo es una interpretación kirchnerista de la cláusula contractual. De hecho, el propio De Vido utilizó mucho tiempo como vehículo oficial un Peugeot 407 que una empresa concesionaria también aportó para inspecciones.
Otro auto que estaba en esa cochera es un Volkswagen Passat, dominio FOX 299, que está a nombre de la firma Gyhb SA, una de las empresas constructoras que estuvieron implicadas en la construcción de las obras de la laguna La Picasa. Este auto fue entregado también para inspeccionar las obras hídricas y viales, pero terminó en una cochera de Recoleta, en Avenida del Libertador y Cerrito. Según supo LA NACION, el auto se afectó a la Unidad Ejecutora de la obra, otro ente autárquico que depende del Ministerio de Planificación Federal. Otra resolución lo entregó a Jaime, con chofer oficial y con autorizaciones para ingresar a cocheras de edificios públicos como un auto oficial.
El tercero es propiedad de Damixaren, una empresa uruguaya cuyo apoderado legal es Héctor Ribulgo, un hombre que fue empleado del grupo Cirigliano y que hasta la semana pasada, por lo menos, tenía un quiosco en la estación Paso del Rey de la línea Sarmiento, ramal explotado por Trenes de Buenos Aires, firma del grupo Cirigliano. Damixaren también fue propietaria de una casa en el country Cuatro Hojas, ubicado en las afueras de Córdoba, en la que vivió Ricardo Jaime.
LA NACION intentó comunicarse con Ribulgo, pero el hombre ha dejado de aparecer por lugares en los que antes solía vérselo, y además no contesta su teléfono celular. El vocero de De Vido tampoco contestó las llamadas ni respondió a los correos electrónicos enviados para consultarlo sobre esta nota.
Las resoluciones de afectación de las que se desprende que los autos destinados a inspeccionar las rutas terminaron transportando a Jaime no aparecen. Y pocos saben dónde están las decenas de autos que las concesionarias entregaron para que se revise cuán bien o mal hacían las cosas durante los años de contrato. Eso sí: varias dicen que si estos autos hablaran, recuperarlos y venderlos sería un buen negocio.
Fuente: lapoliticaonline