Damasco, 21 abr (PL) El presidente Bashar Al-Assad formalizó hoy la derogación del estado de emergencia vigente en Siria desde 1963, aunque los opositores continuaron las protestas en Homs y Hasake, y convocaron a marchas multitudinarias para este viernes.
Al-Assad promulgó tres decretos leyes, uno de los cuales avaló la decisión adoptada el martes por el Gobierno sirio para levantar la ley de emergencia que permitía detener y procesar a opositores políticos sin orden judicial, y un severo control de los medios de comunicación.
Igualmente, el mandatario rubricó un texto que eliminó el Tribunal de Seguridad del Estado, cuyos veredictos rara vez se podían apelar, y otro que garantiza el derecho a realizar manifestaciones pacíficas, previo permiso del Ministerio del Interior.
De acuerdo con la televisión estatal siria, el decreto 161 puso fin a una medida de excepción adoptada hace 48 años cuando ascendió al poder en Siria el partido Baas, y que las autoridades justificaron por estar «técnicamente» en guerra con Israel.
El cese de esa medida de excepción fue una de las principales reivindicaciones de los miles de sirios que desde el 15 de marzo protestan en las calles en demanda de reformas, más democracia y libertades políticas, y que llevó a la renovación del gabinete.
Precisamente, el nuevo primer ministro, Adel Safar, se comprometió a poner en marcha las instrucciones giradas por el jefe de Estado para satisfacer las demandas legítimas de la ciudadanía y aplacar el ambiente de inestabilidad y tensiones en este país árabe.
Sin embargo, este mismo jueves alrededor de 200 estudiantes realizaron una concentración en la ciudad de Hasake en solidaridad con los manifestantes opositores en ciudades como Deraa, Homs, Latakia y la propia Damasco, bajo el lema «Por la libertad y la unidad nacional».
Asimismo, los antigubernamentales convocaron a lo que denominaron el «gran viernes», en referencia a marchas masivas en distintas localidades del país después de las oraciones musulmanas para continuar presionando por democracia y libertades políticas.
Testigos aseguraron que la convulsa ciudad de Homs, con predominio de musulmanes sunnitas, está prácticamente tomada por fuerzas de seguridad leales a Al-Assad, que pertenece a la minoría alawita siria, en previsión de incidentes durante las demostraciones del viernes.
Según los opositores, la represión policial ha provocado más de 200 muertos durante las manifestaciones, cifra que las autoridades ni confirman ni desmienten, pero que atribuyen a ataques de «bandas criminales armadas» que hay causado bajas entre sus efectivos.