Platense ganaba tranqui, pero Temperley despertó con el ingreso de Campomar, que en la primera clavó la parda.
Nada hacía suponer que Platense iba a terminar resignando dos puntos clave en la lucha por meterse en el Reducido. Ganaba bien, casi no sufría sobresaltos y hasta tuvo chances como para ampliar la diferencia. Sin embargo, Temperley revivió cuando Agustín Campomar ingresó al campo y en la primera que tocó estampó la parda final. Con ese grito, el Celeste cortó su sequía goleadora (llevaba cuatro juegos sin marcar) aunque no le alcanzó para volver al triunfo (3 PP y 2 PE), mientras que para el Marrón, que sigue invicto en la era Pavón (1 PG y 1 PE) la repartija dejó un sabor un tanto amargo…
Porque el desgaste lo hizo el local, que monopolizó la posesión, manejó los hilos con Olivares y abrió bien la cancha. Eso sí, lo que le sigue costando dar la última puntada. Sin embargo, a fuerza de ser perseverante, a fin de cuentas encuentra lo que busca. Y ayer lo hizo gracias a ese desborde por izquierda de Von Arx, quien luego mandó un centro atrás que Facundo Diz convirtió en el 1-0 merecido. Ni si quiera con ese duro golpe la visita logró despertarse en el PT, ya que siguió perdido en el medio y apostó a una contra que jamás apareció.
Ya en el ST, el 9 del Calamar volvió a quedar frente a Medina para embocar el segundo, pero increíblemente le tiró una masita fácil al 1. Lo perdonó, sí, y Temperley no la dejó pasar. Porque el técnico Rubén Tanucci metió mano en el banco, mandó adentro a Campomar y el propio 17 estampó la parda a los 30’’ de estar en cancha. Sí, fue un cambio que llegó en el momento justo. Eso sí, para la próxima metélo de una al Campo…
Fuente: Olé