Dos de los jueces sostuvieron que la víctima fue golpeada en una doble secuencia, y que la segunda agresión fue la mortal, en la que no estuvo el acusado. Una magistrada votó en disidencia
Dos golpes de puño virulentos, con alta técnica, partieron en cuatro pedazos el cráneo de Gaspar Ayala. El hombre murió poco después. Eso fue el 25 de diciembre de 1999. Hace tanto tiempo… Ocurrió tras una simple discusión por un incidente de tránsito en 13 y 21 de City Bell. Ayer, el caso quedó impune. Había una enorme expectativa por el veredicto. El Tribunal en lo Criminal 1 de La Plata, con un voto en disidencia, absolvió al imputado Alejo Alonso (44). Validaron un controvertido
dictamen pericial que habla de una agresión en doble secuencia. En la primera, se creía, había actuado el imputado. En la segunda, no hay autor, ni testigos; nada: una entelequia…
Menos para el acusado, en cualquier juicio todo fallo absolutorio huele mal. Y más, como en este caso, si se dicta a doce años del hecho. De un lado, un procesado durante años que por la “duda” o por “la falta de pruebas” se lo declara libre de culpa y cargo (los juristas siempre aclaran que absolución no implica inocencia).
Del otro lado, emerge el desconsuelo de la familia y de los allegados de la víctima. Rocío Ayala, la hija del hombre que murió tras recibir esos feroces golpes en la cabeza, ayer imploraba entre lágrimas poder acceder a la sala del tribunal donde se leyó el veredicto.
Rocío se topó con un escenario tremendo; inesperado. Cuando ingresó, junto a un pequeño escritorio el secretario estaba dando para firmar el acta al imputado Alonso (foto). Su defensor Héctor Granillo Fernández saludaba a su asistido. Detrás de ellos, la novia del acusado se llevaba las manos a la cara y rompía en llantos. La madre de Alonso la contenía y juntas fueron a abrazarlo.
Allí, Rocío comenzaba a enterarse de la peor noticia desde que comenzó este juicio hace tres semanas; o más aún, desde que se inició este largo proceso judicial de casi doce años: acababan de absolver al acusado de matar a golpes a su padre. Ella comenzó a llorar desconsoladamente. Algo le decía que después de tantos años, el caso quedaría condenado a la impunidad.
Siempre desencajada por la angustia, la joven debió ser contenida por los empleados judiciales: “Tengo una sensación horrible. Porque un h… de p… está libre, y no es el único caso, porque mató a un montón. Pero nosotros no tenemos plata, no podemos hacer mucho, como los otros tienen plata entonces hacen lo que quieren”.
“Sí, vamos a apelar, esto no puede quedar así, el h… de p… no puede andar libre, así, como si nada. Ni siquiera se arrepintió. Y después, lo mató a ese pizzero como a un perro por la espalda, También al médico que le tiró un tiro en las piernas…”, expresó conmocionada Rocío Ayala, haciendo referencia a otro homicidio y otro caso de agresiones sindicados a Alonso, por los que tampoco arribó a condena.
Rocío, la hija de la víctima, se quebró: “Por más que seas residente, tenés a cargo una vida”
El Tribunal 1 también absolvió ayer al médico Esteban Ostrofsky porque los fiscales desistieron de formular la acusación. El profesional fue juzgado por presunta mala praxis. Había sido quien atendió a la víctima Gaspar Ayala en el hospital de Gonnet. Los fiscales dijeron que era un residente y que debió estar presente un médico con más experiencia a cargo de la guardia. Ayer, Rocío (foto), la hija de la víctima, dijo, desesperanzada: “Por más que seas residente, tenés a cargo una vida, y si no sabés o no estás seguro, si te dijeron que había perdido el conocimiento, tenés que ir a buscar a tu superior, no podés dejar que (el paciente) se vaya así nomás, sin hacerle una tomografía, no podés dejarlo que se vaya caminando como si nada. Si los propios familiares te dijeron que perdió el conocimiento, quién lo conoce mejor que los propios familiares”. Mientras Alonso se iba caminando, Rocío recordó a su papá: “Era muy cariñoso conmigo, siempre me veía y me besaba, me abrazaba…”.
Complot y fantasía: recurren a Casación
El voto de la jueza Patricia de la Serna fue clave. Será citado para recurrir el veredicto ante la Casación bonaerense. Eso indica que el caso no está cerrado. “Descreo del argumento defensista en cuanto a que existió un complot armado por la fiscalía, la Policía y aún por los vecinos del lugar de querer enrostrarle a Alonso el hecho. No hay nada de eso en la causa. Me parece una fantasía¨”, afirmó la magistrada.
De la Serna también descreyó del supuesto golpe que la víctima habría sufrido tras ser asistida en el hospital porque “luego fue trasladado por sus familiares y amigos hasta su domicilio, donde lo dejaron descansando en su cama”. “Los golpes son los que vieron los testigos. El único con las características físicas (tipo patovica), era Alonso. El único que incitaba a pelear y que además golpeó a otros testigos”, sentenció.
Mayoría: 2 a 1 por un dictamen pericial
Los jueces del Tribunal 1 de La Plata Guillermo Labombarda y Samuel Saraví Paz votaron por la absolución. Patricia de la Serna consideró que Alejo Alonso debía ser condenado por homicidio doloso.
Los fiscales Silvina Langone y Rubén Sarlo adelantaron que recurrirán el veredicto ante la Casación bonaerense. Lo propio hará el particular damnificado Gabriel Cazalla.
El Tribunal sostuvo que Gaspar Ayala, que el día del hecho estaba observando, sin participar del accidente de tránsito, recibió fuertes golpes que le provocaron un violento traumatismo que le fracturó y fragmentó huesos del cráneo, originando una hemorragia cerebral con posterior enclavamiento medular.
El fallo indicó que en el juicio declararon varios testigos presenciales de las terribles agresiones que aplicó el agresor, pero que fue por comentarios de terceras personas que la mayoría de esa gente incriminó a Alonso. Los médicos autopsiantes dijeron en el juicio que el golpe de un karateca o alguien especializado puede tener el nivel suficiente para romper el cráneo. Y que la víctima no tenía posibilidad de sobrevida. Los dos jueces que votaron por la absolución tuvieron en cuenta un dictamen pericial que alertaba sobre una lesión en el tronco cerebral de la víctima, que pudo obedecer a un golpe posterior a que lo atendieran en el hospital de Gonnet. En total se habló de siete lesiones.
Fuente: Diario Hoy