Es indiscutible que Martín Palermo, con 37 años y a 68 días de su retiro, no es el Palermo de antes . Tan cierto como que juega allá arriba, sin buenas ni malas compañías: aislado, a lo Llanero Solitario…
Es verdad que el Titán ya no gana tanto de arriba, tan real como que, con suerte, le tiran un centro a la cabeza por partido.
¿Es Palermo el problema de Boca o es este Boca el problema de este Palermo? ¿La culpa es del 9 o de los que no lo abastecen? Por más que entren Lucas Viatri (su sucesor), Carlos Tevez (Manchester City), Edinson Cavani (Nápoli) o Samuel Eto’o (Inter), sin la pelota cerca del área, magia no pueden hacer. Y el Boca de Falcioni, con el 5-3-1-1 llega poco y nada al arco de enfrente.
Ahí está el problema. En el juego.
Y el juego depende de los jugadores y de cómo los pare el técnico. Por eso, tras la caída ante Lanús, Julio César Falcioni analiza cambiar el sistema.
Por varias razones, empezando por una: el domingo Boca hará de local ante el no menos irregular Tigre . Y si vuelven a entrar cinco defensores y un solo delantero, en la Bombonera podría arder Troya…
Además, salvo en las dos victorias ante Colón y Estudiantes en las que hubo goles de Riquelme de tiro libre, el sistema no termina de funcionar . Sirvió para ir a Santa Fe en un momento en que el barco se hundía . Se justificó en la 8ª fecha porque el que pisaba la Bombonera era Estudiantes. Hasta ahí se pudo sostener argumentando que Boca era un grande en problemas . Contra Lanús ya no hubo excusas: los hinchas, en su mayoría, entendieron que Boca jugó como un equipo chico.
En este 0-2 con Lanús que desbarrancó la supuesta recuperación de Boca, terminó de comprobarse que cinco atrás y uno arriba no es la solución . Este esquema no termina de dar seguridad en defensa: a Boca le llegaron cuatro veces y le metieron tres goles, uno anulado por posición adelantada. ¿Más? No ayuda a la elaboración de juego, no brinda presencia ofensiva en el área rival. Y para colmo, dicho está, irrita a la gente de Boca por ir a contramano de la historia…
Por todo eso y porque Boca debe empezar a sumar en serio de una buena vez, el técnico de Boca tiene en mente arriesgar más . Y para eso debe cambiar . Sabe que tiene que reemplazar al suspendido Juan Manuel Insaurralde y es probable que el que ingrese en su lugar no sea un defensor .
Lo que en principio haría el entrenador es poner un atacante más, y en ese caso el elegido sería Pablo Mouche, quien dejó la titularidad por culpa del sistema y no de los rendimientos. Si entra, ¿acompañará a Palermo o a Viatri? Esa será una de las cuestiones que deberá resolver Falcioni. Esta vez, tras el partido, no hubo ratificación del 9 como sí las hubo luego del 1-0 a Colón y del 2-1 a Estudiantes.
Lucchetti no dio seguridad pero no se vislumbra otro cambio de arquero. Cellay tuvo un error de cálculo en el gol de Valeri, aunque ahora sería un central más definido por la quinta amarilla de Insaurralde. Clemente Rodríguez y Monzón jugaron mal, pero no tienen mucho recambio (Calvo sigue lesionado). Erviti viene volando bajito , sobre todo ante Lanús. Riquelme salvó a Boca ante Colón y Estudiantes con su buena pegada, pero este domingo no funcionó y el equipo lo sintió . Salvo los dos goles a River en el verano, Palermo viene callado desde la última fecha del torneo pasado. ¿Qué hará Falcioni: pegará un volantazo respecto al 9 y a los que no vienen rindiendo? En principio, el DT seguiría bancando a Palermo.
Lo que al parecer ya no se banca más es el 5-3-1-1.
Fuente: Clarín