Es la quinta vez que le roban a la familia de Mariel Dantuono. La última fue la peor. Pasó el miércoles a la mañana, en la puerta de su casa de Ramos Mejía. Tres delincuentes la llevaron cautiva en su propio auto durante media hora, a recorrer cajeros automáticos. “Fue una situación horrible”, contó la mujer, quien fue liberada después en Caseros, gracias a su hija de siete años que le avisó que la policía la estaba buscando.
La banda la sorprendió en la puerta de su casa, en la calle Oro y Berón de Estrada, cuando manejaba su Honda Fit. Le cruzaron un Chevrolet Corsa, del cual se bajaron dos delincuentes. “Primero hicimos diez cuadras con mi auto y después me pasaron al Corsa gris, me sentaron en el asiento de atrás con uno que iba armado y otros dos adelante”, relató la mujer.
Cuando la llevaban a recorrer cajeros, la interrogaron sobre las personas que se hallaban en su casa. “Los tranquilizaba yo a ellos, como que los iba a ayudar. Es más, me ofrecí a bajar al cajero porque ni siquiera sabían cómo sacar la plata”, explicó la víctima.
Como insistían en preguntarle sobre su casa, Mariel les juró que no tenía plata ahí, que toda su plata estaba en el cajero. “Si venían a casa hubiese sido terrible”, dijo luego a los medios.
Pero como los ladrones volvieron a insistir, la mujer tuvo que llamar a su casa para averiguar quiénes estaban. La atendió su hija 7 años, que le dijo: “Papá salió, la abuela está llorando y la policía está en la puerta”. Como el celular tenía el alta voz conectado, todos escucharon lo que dijo la nena.
Según contó Mariel, allí los ladrones empezaron a decir que no podían ir a la casa porque estaba “la gorra” y que debían bajarla del auto porque sino iba a haber “quilombo”.
Entonces, los ladrones la liberaron sana y salva en Caseros y huyeron del lugar.
Fuente: TN