«En un año y medio, River va a ser una especie de Barcelona de Sudamérica»

Almeyda está tan deslumbrado con los pibes que no para con sus pronósticos optimistas. «No están sólo Lanzini y Lamela. Si me pongo en la piel de Passarella, no vendo a ninguno».

«No existe ninguna razón para que el día de mañana alguien quiera tener una computadora en su casa”, aseguró, en 1977, un tal Ken Olson, presidente, director y fundador de Digital Equipment Corp. Un genio, Ken. También podría haber anticipado que Barcelona sería un equipo menor en el siglo XXI, que River nunca pelearía por no descender o que Almeyda se retiraría a los 25.

Para Ken, un gran recuerdo. Para nuevas profecías, Matías Jesús. “Siempre comento que al que le toque dirigir a River dentro de un tiempo, lo va a disfrutar. Creo que en un año, o en un año y medio, River va a ser una especie de Barcelona de Sudamérica”, avisó ayer, en declaraciones a ESPN radio, el referente de este equipo.

La predicción del Pelado entraña una comparación. Las comparaciones, se dicen, son odiosas. Esta es amorosa. No es que haya descubierto al futuro Iniesta en Núñez, ni que vea a algún pibito del club haciendo lo de Messi en el 1-0 al Arsenal, ni que haya detectado a un Gerlo para elaborar el 1-1 en contra de ayer de Busquets, ni que prevea que los Xavi, Mascherano y Villa del mañana ya tienen puesta la camiseta de la banda roja. Nada de eso. Simplemente, respira optimismo al analizar este plantel con la retrospectiva de sus dos décadas en el fútbol. Hace poco dijo en Olé que, en el 2012, River va a volar. Ahora dice otra cosa: “No sólo están el Manu -Lanzini- y el Coco -Lamela-. También tenemos a Affranchino, a los mellizos, a Cirigliano, al Tucu -Pereyra-, a Quignon… Ojalá se junten en Primera”.

Las últimas convocatorias a las Juveniles sostienen este pronóstico. River fue el que más aportó a la Sub 20 en el último Sudamericano y ahora encabeza la lista de los citados por Garré para el Sub 17.

El Pelado, que en el arte de la futurología está tan lejos de Nostradamus como de Aschira, pide prudencia. Entiende que el porvenir estará atado al factor dólar-euro. “El presente económico es complicado. En caso de que lleguen ofertas, habrá que ver qué dicen en la tesorería. Si me pongo en la piel de Passarella, yo no vendo a ninguno”, opinó con la misma autoridad con que juega el Barsa. No es casual: Almeyda es al Monumental lo que Messi, Xavi, Iniesta, Pedro, Villa y Guardiola, todos juntos, son al Camp Nou. Por eso, ¿estará para brillar en un año en la inminente sucursal azulgrana del continente?

Fuente: Olé