El Pitu convirtió, de tiro libre y con ayudín, su primer gol oficial en el Pincha. Salió con molestias.Había gestado una perla allá por enero, en el primer partido con la casaca de Estudiantes, el 4-0 a Racing en Mar del Plata, convirtiendo con un derechazo desde afuera del área. También había anotado en el amistoso contra Quilmes. Pero oficialmente todavía venía seco. Hasta ayer. ¡Y cuánto valió el grito! Pablo Barrientos, de curioso dorsal número 6, consiguió, de tiro libre, so bre el final del primer tiempo (y con asistencia del rebote en la barrera), el gol del triunfo del Pincha ante Tolima y, a su vez, su primera conquista en el club que hoy lo cobija a préstamo por seis meses (su ficha le pertenece al Catania de Italia). En una función a lo Principito Sosa, el zurdo categoría 85 demostró que puede ser importante en un Estudiantes que todavía busca su fisonomía.
El chanfle del Pitu, a los 44 minutos del primer tiempo, encontró un roce para desviarle la atención al arquero Silva. Y para despertar el festejo mesurado del comodorense que, por los objetivos deportivos, a pedido específico de Alejandro Sabella, se definió por Estudiantes, cuando también lo buscaban desde San Lorenzo, club que lo catapultó a la elite, y Racing. Pero luego se fue Pachorra y, con Berizzo en el banco, arrancó en el banco de los suplentes contra Newell’s. Habrá que ver si el gol ante Tolima, una descarga copera tras el 0-5 ante Cruzeiro, lo empuja a afincarse en el equipo.
La mala: a los 24 minutos del segundo tiempo fue reemplazado por Leandro Benítez y salió caminando con alguna dificultad, con una “molestia en el isquiotibial derecho”, pero “solamente por el cansancio”. Un susto en la alegría.