Fabbiani la rompió ante Vélez, pero no se conforma: «De a poco vuelvo a mi nivel, pero me falta un montón». Y saca pecho: «Jugando así es difícil que nos ganen».
La cámara en el segundo gol de Grazzini se quedó con él. Su festejo estilo orangután fue acompañado por un coro de insultos de los plateístas de Vélez que se lo querían comer. Poco le importó a Cristian Fabbiani, clave en los dos goles del primer triunfo de visitante del Albo en Primera y pieza fundamental en el armado del equipo de Romero versión 2011. De a poco el romance con la gente comienza a encaminarse, aquellas voces que se escuchaban críticas por su poca participación en el Apertura, ahora sólo le regalan mimos. Fabbiani se quedó y va por la revancha. El prometió cambiar su imagen y va por el buen camino. Y ojo, cuando el Ogro promete, cumple… “El día que Pepe me dé la confianza dos o tres partidos seguidos, no paro más”, le decía Fabbiani a Olé en la tranquilidad del verano en Mar de Ajó.
-Parece que tenías razón en lo que anunciaste, cada vez estás mejor…
-Yo lo había dicho. Es que soy de esos jugadores que necesitan competencia. Pero de a poco, partido a partido estoy volviendo a mi nivel. El estar parado a mí no me sirve. Y no tiene nada que ver con el peso, yo necesito continuidad, ritmo de competencia. Siempre fue así.
-¿Por qué se enojaron tanto después de la derrota contra Racing?
-El enojo fue con nosotros mismos. No le echamos la culpa a nadie. No podemos jugar como jugamos. No sentimos esa manera, la de tirar pelotazos, la de revolear la pelota. Por suerte ante Vélez volvimos a hacer lo que sabemos, por eso festejamos mucho. A ninguno de nosotros le gustó las cosas que se dijeron. Es un grupo en el que la mayoría se conoce desde hace muchos años y la idea del técnico fue siempre la misma. Hay que seguir por este camino, el que nos llevó hasta acá.
-Les ganaron a Estudiantes y Vélez, dos de los mejores equipos. ¿Es motivo suficiente para ilusionarse con algo más que la permanencia en Primera?
-Nosotros siempre vamos a pensar que podemos más. Acá está claro, en el fútbol argentino el que intenta jugar, el que lo hace bien, tiene muchas más chances de ganar. Nosotros sabemos que si nos dedicamos a jugar es difícil que nos ganen. No somos menos que nadie.
-Frente a Vélez no pudiste jugar con Ortega. ¿Te ves al lado del Burrito en la Bombonera?
-No lo sé, eso lo decidirá el técnico. Lo que sí hay que destacar es lo que hizo Ariel. Tuvo un gesto muy grande. Todavía no está ciento por ciento, pero él tiene tanto compromiso con el grupo que no quería que pasaran más días sin estar con nostros. Eso hay que valorarlo mucho. Ortega es un jugador diferente, de ésos que por ahí no aparecen en todo el partido, pero de repente te meten una pelota de gol.
Fabbiani arrancó el semestre desde atrás. Su nivel en el Apertura no fue el mejor y encima con la llegada de Ortega sus chances de titularidad eran pocas. Pero al contrario de lo que muchos pensaban, se mató en la pretemporada y le metió presión a Romero. Con la operación de apendicitis del Burrito, el Ogro fue el elegido por el técnico para acompañar a Matos y hasta por encima de Emanuel Gigliotti, un viejo conocido del Albo. Tan metido está en All Boys que a Fabbiani no se le mueve ni un pelo por visitar la Bombonera. “Es un partido más. Hoy la verdad es que me da lo mismo, mi único objetivo es rendirle a All Boys. Para eso trabajo todos los días ¿Si me van a putear? Cuando estoy dentro de la cancha no escucho nada. En Vélez ni escuché si me putearon”, dice. Más allá de sus palabras, el técnico del Albo sabe que con un Fabbiani a pleno, las chances de meter otro batacazo en el torneo crecen.
-Romero va a tener problemas para armar el equipo. ¿Quién te saca ahora?
-Y eso es bueno. Lo mejor que le puede pasar a un técnico es tener muchas opciones para elegir. Pero yo lo único que busco y quiero es serle útil al equipo. Yo me quiero sentir importante para el grupo y lo estoy logrando. Pero de a poquito.
-Pero en Liniers hiciste un gran partido. ¿No te conformás con eso?
-No, Me falta un montón. Todavía no vieron nada acá…
Fuente: Olé