La ríspida cuestión relacionada con la causa judicial conocida como “Mafia de los Medicamentos” que como ariete utiliza el gobierno nacional, para, a través del juez Norberto Oyarbide poner a raya a un díscolo sector del sindicalismo vernáculo, ha generado en las últimas horas una febril actividad, dentro y fuera del tribunal, turbando el sueño de varios implicados y funcionarios públicos.
Después del papelón en que hicieran incurrir al juez federal preferido de la “Kaja Robada” con la innecesaria detención, e inmediata excarcelación, del titular de UATRE y de las 62 Organizaciones peronistas, el hoy afamado Gerónimo “Momo” Venegas, y más allá del “casual” incendio acaecido en el juzgado federal nº 7, secretaría nº 13, también en manos del juez que raudamente dictara el sobreseimiento del matrimonio KK en la causa por supuesto (¡) enriquecimiento ilícito, febriles y atormentadas tratativas y aprietes se han dado en esta jornada.
Para el Dr. Oyarbide no hay descanso. Cuando todavía no tuvo ocasión de mensurar el daño ocasionado por el circunstancial incendio llamativamente ocurrido en la víspera, hoy recibió una nueva admonición de su Superior, la Excma. Cámara de Apelaciones del fuero que lo ha descolocado.
La Sala II de la Cámara Federal sostuvo que con el accionar de Oyarbide en la causa «no se avanza adecuadamente hacia la conclusión del sumario» y le solicitó al magistrado que «disponga de inmediato lo necesario para corregir las falencias señaladas».
Este latigazo fue expresado en la resolución de la Alzada por la cual revocó el procesamiento de Carlos Tripi y Marcos Ludueña del laboratorio MCT SRL, acusados de asociación ilícita y comercialización de remedios adulterados, y ordenó sus libertades.
«Se observa que no se ha logrado aún una eficaz dirección de las pesquisas, pues el transcurso del tiempo -más que tener como correlato el avance hacia el esclarecimiento- va dilatando la dilucidación de los sucesos a partir del universo de constancias que se aúnan sin norte a una desordenada instrucción», señalaron los camaristas Horacio Cattani, Martín Irurzun y Eduardo Farah.
Los jueces cuestionaron a Oyarbide por realizar «procedimientos que generan de modo constante nuevos cauces de investigación», mientras que «no se avanza adecuadamente hacia la conclusión del sumario respecto de aquellos hechos que conforman el objeto procesal desde mucho antes».
En ese marco, los camaristas le solicitaron que «disponga de inmediato lo necesario para corregir las falencias señaladas, evitando que la colección de elementos probatorios y su incorporación a los distintos expedientes redunde en detrimento de los fines de la instrucción». También recordaron que en ocho oportunidades anteriores advirtieron tamaño despropósito.
Y esta resolución fue contemporánea a la decisión de Oyarbide, también de este mismo día 15, en que rechazó un pedido de excarcelación de Juan José Denaro, titular de la Mutual del Personal del Agua y la Energía de Mendoza, detenido desde el jueves pasado en aquella Provincia, en el marco de la causa por el tráfico de medicamentos adulterados.
Por si fuera poco, hoy también se conoció el dictamen del Fiscal Rívolo señalando el espantoso aumento patrimonial del ex Secretario de Transporte, el multidenunciado Ricardo JAIME, quien aumentó su patrimonio de escasos 250 mil pesos a 6.600.000 sin contar el avión de 4 millones de dólares ni el yate de un millón de dólares que se le atribuyen. Este hecho también ha descolocado a muchos, incluyéndolo al juez instructor que no podría desconocer el fundado dictamen que tomara estado público, colocándolo en un nuevo brete, en consonancia con la petición del fiscal Luis Comparatore reclamando la excarcelación de Venegas, todo lo cual fuera tomado como una traición.
Hoy el magistrado tuvo que atender distintos teléfonos y compartir indeseadas compañías forzosamente impuestas por las circunstancias, pero lo que es peor para él es el ambiente hostil que se respira no sólo en los juzgados a su cargo sino entre pares y empleados, datos nunca ajenos a su especial sensibilidad.
Los enviados de distintos sectores políticos y sindicales, sumados a los operadores habituales y otros improvisados, sólo enlodan el ánimo del juez que más causas acumula vinculadas a funcionarios del kirchnerismo y opositores, generando un penoso estrés que, de no ser por la curtida piel y la hidalguía que debe reconocérsele, concluirían en un colapso descomunal.
La única garantía que se le ofrece desde el oficialismo es el augurio de absoluta inmunidad ante el Consejo de la Magistratura, donde se cooptó al Dr. Mario Fera lográndose la sorpresiva mayoría kirchnerista cuando se creían desvencijadas las huestes arriadas por los diputados Kunkel y Conti. Vale señalar que, no obstante las reiteradas advertencias de la Cámara, el juez aún no recibió la declaración indagatoria —largamente suspendida— del empresario Enrique Dratman, esposo de la autoproclamada estalinista Diana Conti, famosa por su defensa irrestricta del matrimonio kleptómano y recordada por su affaire de exigirle retornosa –cuando menos- uno de sus empleados.
Tales acontecimientos han dilatado la firma del auto de procesamiento del excarcelado “Momo” Venegas y suspendido la detención de otros importantes sindicalistas, obviamente vinculados a ese mismo sector de la CGT anti K.
La resolución —insisto— ya está lista para la firma del juez, disponiendo el procesamiento de Venegas y un millonario embargo preventivo. Lo que desvela al magistrado, y a muchos otros, son escasas dos letras de una sencilla palabra de sólo tres: “con” o “sin” prisión preventiva.
Tal vez consultando con su almohada el Dr. Oyarbide tome la decisión correcta.
Fuente: periodicotribuna.com.ar/Enrique Piragini