DENUNCIAN ROBO EN FACULTAD DE MEDICINA Y ACUSAN A UN CONSEJERO

Señalan una agrupación llamada QRS como presunto responsable.
«Que Razón de Ser», es el nombre que Efraín Banzaquén eligió junto a otros estudiantes de medicina para darle a su agrupación. Era el año 2002, y el QRS aparecía en la vida de la Facultad de Medicina decretando su separación de Franja Morada.
Eran en su mayoría radicales que arrastraban también a independientes. Comenzaba así una historia de alianzas y traiciones con la conducción de la Facultad y QRS se convertía en uno de los apoyos de Alfredo Buzzi para llegar a decano.
Benzaquén ganaba elecciones y poder. Fue el presidente del Centro de Estudiantes y ya como graduado consiguió quedarse con un puesto clave: secretario general.

Para el 2009, la relación entre Benzaquén y la conducción se había quebrado y corrían las acusaciones de uno y otro lado. Las reuniones del Consejo Académico se habían convertido en duelos entre Benzaquén y Buzzi. Fue en uno de esos cruces que el jefe de QRS acusó al decano por la desaparición de un millón y medio de pesos.

Benzaquén, que había comenzado en la UCR era entonces un aliado Kirchnerista. La relación con la conducción de Buzzi se quebró cuando desde la Facultad le dieron su apoyo a una agrupación más fuerte, Nuevo Espacio, otra herencia que dejó Franja Morada.
En octubre, QRS perdió la conducción del Centro de Estudiantes a manos de un frente de izquierda. Benzaquén ya había dejado su cargo como secretario general y la agrupación empezaba a convertirse en una pequeña minoría.

Grave denuncia en la UBA:

A través de un comunicado, el decano de esa facultad dijo que al menos seis personas armadas amenazaron al sereno y robaron documentación y elementos de computación. También provocaron un incendio. Sostuvo que fue un ataque «político» y «mafioso».

La Facultad de Medicina de la UBA lanzó hoy una grave denuncia. Sostuvo que hubo un asalto a sus instalaciones cometido a fines de enero por un «grupo comando», que buscó afectar «políticamente» la gestión y dejar un «un mensaje mafioso».

La facultad sostuvo en un comunicado que el asalto cometido en la noche del 26 al 27 de enero se trató de un «gravísimo atentado» y dispuso «incrementar todas las medidas de seguridad tendientes a impedir que se reiteren hechos de esta naturaleza en el futuro».

«Es seguro que los autores materiales y los instigadores intelectuales de este gravísimo hecho han procurado afectar políticamente a quienes conducen esta Casa de estudios», subrayaron las autoridades de la facultad.

Además, destacaron que de acuerdo a los datos con que cuentan hasta hoy en el asalto intervino un «grupo comando» de al menos seis personas que irrumpió en la sede de Paraguay 2155.

El grupo, según el informe, permaneció «varias horas» en la zona de la Dirección General de Postgrado y la Secretaría de Educación Médica, de donde sustrajo computadoras, impresoras, fotocopiadoras y «abundante documentación».

«También destruyeron otros papeles, rociaron con combustible (kerosene) muebles, papeles y demás bienes, provocaron un incendio y huyeron», sostuvieron las autoridades de la facultad.

«En otras dependencias (Admisión, Alumnos, Mesa de Entradas y Archivo) sustrajeron gran cantidad de documentos de variada significación, no pudiendo determinarse si esto último sucedió en esos momentos o previamente», agregaron.

En el comunicado se detalla que para llevarse los elementos robados el grupo debió utilizar «al menos un vehículo de transporte de cargas». Y subrayaron que cuando dejaban el lugar uno de los asaltantes amenazó con un arma de fuego del sereno, a quien ataron las manos y dejaron un «mensaje mafioso».

La facultad resolvió avanzar en medidas para que los daños «sean mínimos» para alumnos y docentes, incrementar la seguridad, y «promover, respaldar y profundizar cuanta investigación judicial y administrativa haya comenzado o sea iniciada».

En ese sentido, manifestó «la firme convicción de que se logrará identificar a las manos que ejecutaron y al cerebro que organizó esta acción, de modo que ninguno de ellos quede exento de las más severas sanciones penales, académicas y políticas que pudieran corresponderles».