Según indica el reporte policial, una mujer tomó la peor decisión de su vida: dejó encerradas a sus dos pequeñas hijas en una habitación de su casa, con cadena y candado, y se retiró del lugar para efectuar unas compras en un mercado del barrio. En el camino, la vivienda se prendió fuego y las menores murieron carbonizadas.
Esta dramática historia ocurrió durante la tarde de ayer en la localidad de Lisandro Olmos.
Faltaban pocos minutos para las cuatro de la tarde cuando María Elena Rojas, dueña de una humilde construcción enclavada en las calles 197 y 71, decidió hacer unos mandados.
Dentro de la finca se encontraban sus dos hijas Vanesa (4) y Geraldín (3), a quienes, por razones que se desconocen, no quiso llevar con ella.
Y por si fuera poco, siempre en base a lo indicado por calificados voceros de la investigación, para que no la siguieran, pasó una cadena por la puerta de entrada, a la que a su vez le colocó un candado.
DRAMA, LOCURA Y DESESPERACION
Nadie pudo confirmar si Rojas llegó al comercio antes de que se desatara la tragedia. Lo cierto fue que, cuando se enteró de lo que estaba pasando y regresó, ya era demasiado tarde.
Las llamas, que se habrían desatado por un cortocircuito, también afectaron a otras dos viviendas linderas, ubicadas dentro de la misma quinta, y motivaron la inmediata intervención de una dotación del Cuartel de Bomberos de Olmos, a cargo del sargento Maximiliano Díaz.
Las fuentes consultadas aclararon que también llegó al lugar en apoyo un autobomba del Cuartel Los Hornos, cuyo personal actuó bajo directivas del teniente primero Pedernera.
Por el hecho, se labraron actuaciones caratuladas como «incendio agravado por causa inmediata de muerte», con intervención de la UFI Nº 10 de La Plata, a cargo de María Scarpino y Carlos Vercellone.
En el operativo prestaron colaboración agentes de la seccional 15ª de La Plata, quienes se encargaron de alejar a los vecinos, mientras los bomberos trabajaban en la extinción del siniestro.
El caso provocó escenas de profunda consternación y dolor y al menos una mujer debió recibir curaciones en una mano.
Fuente: El Día