El paralelo subió 60 centavos en la semana, lo que hace dudar a quienes en los últimos meses se habían subido a la bicicleta financiera.
La sostenida carrera alcista que ensaya el dólar en los mercados menos regulados, más allá de los esfuerzos oficiales por acotarla, terminó por convencer a los inversores de bajarse de la «bicicleta» a la que se habían subido de marzo en adelante para asegurarse renta en pesos que, llegado el momento, le permita realizar esa ganancia, pero en dólares.
El informe monetario semanal del Banco Central (BCRA), con cifras al pasado 10 del actual, confirmó ayer lo que se temía: por segunda semana consecutiva, las empresas y los grandes ahorristas desarmaron depósitos en pesos que mantenían a plazo fijo por unos 2300 millones (que se suman a los $ 1300 millones de la semana previa) y, según todo lo indica, para buscar llegar al dólar u obtener coberturas cambiarias que ayuden a tranquilizarlos.
El dato se conoció en una jornada en la que la cotización para la venta del dólar en el mercado paralelo escaló hasta los $ 14,22, con lo que marcó un nuevo máximo para lo que va del año y volvió a niveles que no mostraba desde octubre de 2014, es decir, cuando comenzaba a apaciguarse la última corrida contra el peso que había llevado a algunos a pagarlo hasta $ 15,95 en los días más aciagos de septiembre.
De esta manera, el billete en este segmento de negocios mostró un aumento de 60 centavos (o 4,4%) en la semana y amplió a 55% la brecha que lo separa del anestesiado dólar oficial. Pero, en el último mes, la suba ya llega a 13%, dado que la cotización se había estabilizado desde la segunda mitad de mayo en la zona de $ 12,50/60.
El punto de ruptura de la «luna de miel» con el peso (fomentada por la tablita cambiaria que fomentó el presidente del BCRA, Alejandro Vanoli, al prometer reiteradamente que la tasa de interés le ganaría al ajuste del tipo de cambio) fue el acuerdo del oficialismo en torno a la fórmula presidencial Scioli-Zannini.
Ese anuncio puso fin a la siesta cambiaria y anticipó el reinicio de un proceso de dolarización de carteras de inversión y ahorros que había estado en pausa por nueve meses y se consideraba inevitable a medida que se acortaran los plazos para la elección presidencial. De allí que los analistas presuman que se trata de una pulsión que, lejos de agotarse, irá en aumento en los próximos meses «a menos que renazca la expectativa de una normalización cambiaria», aclaran.
LA MISMA MECÁNICA
La escalada del denominado «dólar blue» fue consecuencia del proceso de progresiva indexación que sufrieron desde entonces los tipos de cambio que se validan en operaciones cursadas por Bolsa y destinadas a arbitrar monedas, una referencia que vale tanto para el «contado con liqui» (o dólar fuga) como para el «dólar bolsa» o «dólar MEP».
Se trata de precios que ayer avanzaron 1% promedio nuevamente y que acumulan en el último mes avances de 15% promedio, dado que partían de niveles más rezagados.
De allí el desesperado intento (en definitiva, frustrado) que hizo el Gobierno a comienzos de esta semana (por mano de la Procelac) por lograr que la Justicia declare ilegal las operaciones de «contado con liqui», en procura de cortar esta cadena de transmisión que le pone alas al precio del dólar en el mercado ilegal.
La secuencia deja a la vista que la versión 2015 de la ola dolarizadora nació entre los inversores más sofisticados, lo que, por estas horas, se repite entre los ahorristas.
Ocurre que los primeros en desarmar plazos fijos, según deja ver la estadística, fueron los grandes depositantes, es decir, aquellos con plazos fijos superiores al millón de pesos.
«Las colocaciones a plazo de menos de $ 1 millón continuaron aumentando en la semana: el incremento fue de más de $ 700 millones», detalló en el parte que difunde junto a la actualización de la estadística cada viernes el BCRA.
Eso quiere decir que la caída entre los plazos fijos mayoristas llegó a los $ 3000 millones en la semana y totaliza casi $ 5000 millones desde que se inició el reflujo, en la última semana de junio.
La merma en el stock total de plazos fijos privados llega al 1% en las últimas dos semanas, lapso en que cayó de algo más de $ 373.000 millones a los $ 369.430 del pasado viernes. Es decir, es una caída mínima (venían creciendo en $ 91.000 millones en el año), aunque importante porque marcó un punto de inflexión en un momento sensible: cuando más de dos tercios de sus titulares deben decidir si siguen apostando a la tasa de interés o no.
Ocurre que el grueso de las colocaciones fueron pactadas -al calor de la siesta cambiaria- a plazos que no superan los 60 días, por lo que vencen -en su mayoría- al cabo del próximo mes, es decir, en vísperas de las elecciones primarias y en medio de inoportunos ruidos cambiarios.
LA TASA YA NO MATA AL DÓLAR
13%
Trepó el blue en un mes
Estaba a $ 12,60 a mediados de junio y ayer se terminó pagando a $ 14,22
3600
Millones de pesos
Cayó el stock de plazos fijos privados en pesos durante las últimas dos semanas.
Fuente: La Nacion