Unas 100.000 personas visitaron la feria Caminos y Sabores

Durante cuatro días, los amantes del buen comer pudieron ponerse en contacto con los productos regionales; las clases de cocina, entre los imperdibles

Unas 100.000 personas asistieron a la feria gastronómica Caminos y Sabores, que desde el jueves pasado y hasta ayer se realizó en La Rural.

«La feria es una fiesta donde se representan los sabores y los saberes de la identidad territorial argentina. El logro más grande es acercarle a la gente de la ciudad la cultura del interior del país expresada en su gastronomía, en sus alimentos y aromas, en sus artesanías; es permitirles que se relacionen en forma directa con quienes producen, con las historias y los saberes detrás de cada producto», dijo Rodrigo Ramírez, gerente general de Caminos y Sabores.

Desde el jueves pasado, las familias, los amantes del buen comer y de los ingredientes autóctonos pudieron recorrer los 400 stands de la exposición de productos regionales.

«Nuestra expectativa de venta era menor a la realidad. Pensábamos vender un 30 o 40% más que el año pasado, pero hemos duplicado esos valores, tal es así que tuvimos que reforzar la cantidad de cajas de alfajores. Lo que habíamos calculado vender en dos días lo vendimos en uno solo», comentó una de las expositoras, Viviana Guttman, de La Olla de Cobre, ubicada en San Antonio de Areco.

Ayer, el chef Osvaldo Gross se encargó de dar una clase de cocina sobre la pastelería norteña. El cocinero mostró cómo se elaboran el turrón tradicional con merengue a base de miel de caña -en lugar del dulce de leche- y las masitas con dulce de cayote y nueces.

En las distintas clases de cocina que se dictaron se enseñó a darles otros usos a ingredientes conocidos, como la quínoa. De hecho, la cocinera Magda Choque Vilca relató a los asistentes las propiedades de la semilla. «Un alimento que hoy está de moda y por el que tenemos que bregar que deje de serlo y se convierta en un ingrediente usual en nuestra cocina», indicó. Y comentó que puede usarse en galletas, comidas saladas e incluso en jugos. «La gente tiene que saber que es un alimento neutro y elásticamente flexible y adaptable en el menú de los adultos mayores y de los menores que están comenzando a comer», señaló.

También hubo lugar para experimentar con las posibilidades del queso en la preparación de platos. «Hay que sacar el queso de la picada para empezar a meterlo en otros platos. Es un producto muy noble, con grandes propiedades y vitaminas que marida muy bien con distintos platos», enseñó la chef Nadia Arce.

La feria estuvo organizada alrededor de nueve caminos temáticos: aceites y especias, bebidas, fiambres, carnes, dulces, frutos de la tierra, quesos, tradición y yerba mate y té. Los expositores, de distintas provincias de la Argentina, se encargaron de ofrecer a los visitantes sus productos para degustarlos: panes caseros con distintos aceites o salsas de hierbas sabrosas; salamines y aceitunas rellenas; nueces y dulces de frutos frescos.

Uno de los espacios más populares fue la cuadra de los Maestros del Pan, donde se simuló el detrás de escena de una panadería y un maestro panadero enseñó a los visitantes los secretos de la elaboración. Muchos de los asistentes pudieron consultar sobre el tiempo de leudado y cocción en medio del aroma a los panes recién hechos.

Además, se realizaron 248 reuniones entre 62 empresas y trece compradores que vinieron a la feria a encontrarse con los productores regionales..

Fuente: La Nación