La presidenta cargó contra “una campaña golpista” desde la oposición. Presión de la socialdemocracia.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, habló por primera vez en extenso sobre la crisis que jaquea a su gobierno al afirmar que continuará en el poder pese a la campaña “golpista” urdida por la oposición, y aseguró no temer a las investigaciones sobre presuntas irregularidades cometidas durante su gestión, iniciada en 2011.
“Yo no voy a caer, no caeré”, aseguró la mandataria del Partido de los Trabajadores (PT), ante la ola de presiones para un impeachment reforzadas el fin de semana durante la convención opositor Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB).
La salida anticipada del Palacio del Planalto “es el punto de vista de una cierta oposición un tanto golpista. ¿Por qué yo no voy a terminar el mandato? Para derribar a un presidente se necesita explicar el por qué”, consideró.
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